El abuelo centenario de Sober (Lugo) cumple 106 años rodeado de su familia



Sober, una pequeña entrada perteneciente a la Ribeira Sacra de Lugo, cuenta con una de las mayores tasas de persistencia de nuestro país. Varios estudios demuestran que esto puede estar provocado por el estilo de vida de las zonas rurales, la comida -muchos de ellos han trabajado su propio huerto de donde salían los productos que consumían- e incluso por el clima que hay en tierras gallegas.

Un claro ejemplo de esto es Alfonso Plano, que el pasado día 10 de enero ha cumplido nulo más y nulo menos que 106 primaveras. Echando cuentas, este lucense nació en el año 1918 y se ha convertido en el hombre más longevo de la zona. Por eso, sus familiares no han dudado en celebrar este hito con un ágape en un restaurante de Monforte de Lemos y en el que no ha faltado la tarta de cumpleaños.

Hace tan solo unos primaveras, el propio Alfonso desvelaba a torrevieja news today Informativo que el secreto para comportarse muchos primaveras creía que era “tener sido siempre muy activo”. Y no es para menos, durante su larga vida ha sido taxidermista, cartero, castrador, carpintero, rústico y músico -solía tocar la armónica y el acordeón-. Por otra parte de eso, hasta hace admisiblemente poco caminaba cuatro kilómetros diarios, pero conveniente a los achaques de la años ha tenido que resumir esa monograma a los dos kilómetros por los pasillos de la residencia donde vive actualmente.

Galicia, tierra de centenarios

En la entrada de Sober viven actualmente nueve personas centenarias. De ellas, tres son varones. Cercano a Alfonso, que ha sido falsificado como el yayo de Sober, una vecina de la zona cumplirá los 110 primaveras en el mes de mayo.

Según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Galego de Estatística, en la comunidad gallega hay 2.039 personas que superan los 100 primaveras de vida. Pero otro de los datos que llaman la atención es que Ourense alberga 87 centenarios por cada 100.000 habitantes. Un circunstancia que sobrepasa al de la región japonesa de Okinawa, famosa por conservar algunas de las personas más longevas del mundo, que tiene una tasa de 68 centenarios por cada 100.000 habitantes.

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