Un Real Madrid ‘Supercampeón’ hunde al Barça



El Auténtico Madrid se proclamó este domingo campeón de la Supercopa de España al apabullar por 4-1 a un frágil FC Barcelona en la final celebrada en Riad (Arabia Saudí), gracias a un intratable Vinícius Júnior, con un `hat-trick` en la primera porción, y una incisiva y ofensivo traducción madridista que tumbó el planteamiento azulgrana desde el inicio.

Los de Ancelotti se `vengaron` de la impresión del año pasado y demostraron más colmillo desde el pitido original para soportar el trofeo a las vitrinas del Santiago Bernabéu -el tercero en cinco años-. `Vini` comenzó con un tempranero doblete la `pesadilla` del Barça, que solo sonrió con el gol de Lewandowski. El `7` completó su `triplete` en menos de 40 minutos en una final que quedó sentenciada en la segunda porción con el 4-1 definitivo de Rodrygo Goes, frente a un conjunto azulgrana perdido detrás y sin ideas, y que agrava su crisis.

Sorprendió desde el manifestación la posición muy abierta de los dos teóricos puntas madridistas -Vinícius y Rodrygo-. Fue en una de esas situaciones cuando el extremo paulista recibió en la derecha con la trasera azulgrana descolocada gracias al desmarque original de Carvajal. El `21` penetró con convencimiento, pero no conectó un buen disparo casi en radio pequeña.

Un primer susto merengue que replicaron los de Xavi Hernández sin refrigerio. Tras un error de la defensa blanca, Ferran Torres tocó sutilmente un balón abundante ya en el radio espacioso que rechazó la defensa, con el `tiburón` recogiendo de nuevo el balón de tacón, aunque a las manos de Lunin.

La brujería de Bellingham escasamente tardó en aparecer cinco minutos. El medio recibió en el círculo central de espaldas, se giró rápido y vio la carrera al espacio de `Vini` para dejar solo al brasileño frente a Iñaki Peña, al que el `7` regateó, mandando sin concurso el balón a la red.

El 1-0 dio humor a un eléctrico Auténtico Madrid que olió la matanza y que pudo hacer el segundo unos segundos luego, gracias a la presión suscripción de Valverde, pero el meta blaugrana detuvo el remate, poco forzado, de Rodrygo. Aunque no tardó mucho más en conseguir ese 2-0, con una fórmula casi idéntica.

De nuevo, los blancos `mataron` en profundidad a un Barça que hacía agua detrás. Bellingham, presionado, se sacó de la chistera un emisión abundante para que corriera al espacio el `11` madridista, que sirvió frente a Peña el doblete a Vinícius, confirmando el fructífero puesta en marcha de un dominante y cómodo Auténtico Madrid, en un inicio de partido vibrador.

Los de Xavi intentaban con posesiones largas encontrar su sitio en el partido, y pudo conectarse con un remate al apoyo en el 11` de Ferran. Pero si no era el poste era un acertado Lunin, que sacó dos ocasiones claras a Lewandowski, evitando que el conjunto catalán se metiera, con mucho tiempo por delante, en la final.

El Barça fue creciendo poco a poco y obtuvo su deseado premio. Delante un Auténtico Madrid que empezó a contemporizar y que olvidaba poco a poco la meta azulgrana, Lewandowski cambió completamente el marco con una plástica y efectiva voleo en la delantero, luego de una putada aceptablemente hilvanada que fue hundiendo poco a poco a los de Ancelotti.

El 2-1 no dio la entereza esperada a un Barça que le duró poco la alegría. Los azulgranas dieron un paso detrás y, tras una larga posesión madridista, Tchouaméni se inventó un centro desde la derecha que esperaba `Vini`, que no pudo rematar molestado con el ayuda y la pierna por Araujo. Martínez Munuera no dudó en señalar penalti y el brasileño no falló, completando un `hat-trick` en 39 minutos, para vencer de nuevo al FC Barcelona.

Pedri tuvo la última antiguamente del refrigerio, y la segunda porción comenzó con el mismo guion. Mucho tiempo y balón para el Barça, pero sin el colmillo que sí tenía el Auténtico Madrid, en monolito bajo y cómodo a la contra con un par de zarpazos de Vinícius y Bellingham que acabaron en nulo.

Con la tranquilidad del contador a ayuda, los blancos se gustaron en sus posesiones, siempre pivotando sobre Bellingham, que dejó un par de regates y destellos para la sala. El duelo entró en punto muerto y Xavi intentó revolver el enredo con la entrada de Joao Félix, Lamine Yamal y Fermín López.

Pero no hubo tiempo para la reacción, porque Rodrygo sentenció definitivamente la final con el 4-1 pasada la hora de engranaje casi a placer, tras un manso rechace de un errante Koundé interiormente del radio. El trofeo ya tenía el nombre del Auténtico Madrid, que incluso vio superior su dominio con la expulsión por doble amarilla de Araujo, al entender el árbitro que una entrada sobre Vinícius era temeraria, viendo por consiguiente la segunda plástico y dejando a su equipo con diez.

Los blancos siguieron empujando y ya con el explosivo Brahim en el campo gozó de un par de oportunidades en las botas del hispanomarroquí y de Bellingham, mandando en una contra el balón al palo, perdonando la `manita`. El Barça se acercó tímidamente a la meta de Lunin, con una gran bono individual de Joao Félix sin éxito.

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