Fue un partido claro de los ourensanos. Empezando por el nivelazo de Anxo en la puerta y en ataque con una contribución coral y con muchos jugadores sumando goles.
El Luceros empezó un poco mejor y llegó a tener dos goles de preeminencia (8-6), pero fue un espejismo. En el zaguero tercio de la primera centro, el Ribeiro logró un parcial de 1-6 que le permitió ponerse por primera vez por delante en el contador y encima irse al refrigerio con confianza (13-16). Quizá fuese lo único que le faltase al Ribeiro y lo era se confirmó tras el paso por vestuarios.
La segunda centro fue de única dirección. Cada ataque locorregional era trabado y cada ataque visitante tenía claridad y acaba en gol. La renta se disparó pronto y se convirtió en un colchón de seguridad para no temer nunca por la conquista. Solo quedaba entender la diferencia final y esa se quedó en los 9 goles (25-34).
“Quedan muchos puntos por sumar, pero esperemos que ahora el mismo siga creciendo”, confía Miguélez. Tras el complicado partido en presencia de el Teucro vendrá otros esencia en presencia de Carballo y Culleredo que deberían aclarar la situación del Ribeiro en la zona por la permanencia. Lo más complicado ya está hecho, la destello y las malas sensaciones son solo pasado.