El Ministro de Educación, Pilar Alegraha decidido no seguir adelante con la reforma del Selectividadcuya aprobación está prevista para este año, dado que Gobierno está en funcionamiento. Cambiar las características de este examen, cuando faltan pocos días para el inicio del curso, perjudicó a los alumnos e introdujo incertidumbres jurídicas que Alegra ha preferido evitar.
El examen de acceso a la universidad junio 2024 Estaba en el limbo, como adelantó EL MUNDO, porque antes de las elecciones generales Alegra guardó en un cajón el real decreto que regula las nuevas condiciones para que fuera el nuevo gobierno que saliera de las urnas el que acometera una polémica reforma. No podía prever que la investidura duraría tanto: Alberto Nez Feijo tiene la sesión de investidura los próximos días 26, 27 y 29 de septiembre y si no puedes, Pedro Sánchez Tiene hasta dos meses para conseguir el apoyo de los partidos. En el caso de no conseguirlo, las elecciones se repetirán el 14 de enero. Mientras tanto, profesores y familias se impacientan porque nadie sabe qué incluye la nueva Selectividad.
Él número dos de Alegra, el Secretario de Estado José Manuel Bar, se ha reunido este jueves por videoconferencia con los directores generales de las distintas comunidades autónomas para informarles de que queda aplazada la aprobación de la nueva normativa. La reunión ha sido convocada con un breve orden del día en el que sólo se indicaba que se iban a tratar los cambios de inicio de curso. Posteriormente, se celebró una reunión del Secretario General de Universidades, José Manuel Pingarróncon los representantes de las universidades regionales y miembros de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (Crue).
El objetivo de ambas reuniones, explican fuentes de Educación, es comunicar una decisión que es “competencia exclusiva” de la ministra, por lo que no ha sido posible someterla a votación de las comunidades autónomas, como ocurre en otras ocasiones. . Pilar Alegra no quiere dar pasos en falso mientras esté en el Gobierno y busca un perfil bajo y no generar polémicas. No quiere correr el riesgo de que las familias protesten o que los maestros acudan a los tribunales en un momento político tan delicado.
Por eso ha optado por el camino más fácil, que era aplazar la aprobación de un real decreto que no gustó a nadie, ni al profesorado ni a las universidades ni a las comunidades autónomas. Todas las universidades públicas habían pedido al Gobierno que pospusiera un año la aprobación de la reforma porque no había tiempo suficiente para implementarla este curso. Ya no se trataba simplemente de aprobar el real decreto en consejo de ministrossino que las comisiones de Selectividad de las comunidades autónomas tienen que cumplir y desarrollar sus propios estándares y los profesores de los institutos deben desarrollar la programación en función de cómo será el examen.
Porque no es lo mismo dar clases con el modelo tradicional, el de la Lomcéque impartirle el modelo de competencias del lomloeque en teoría marcó la reforma de la Selectividad, con exámenes más generales y más prácticos, menos rutinarios.
Pero el curso comienza la próxima semana en la mayoría de comunidades autónomas y toda la comunidad educativa consideró que no era justo que, con las clases ya iniciadas, se cambiaran las reglas del juego. Además, los estudiantes que este año comienzan 2 de Bachillerato Han hecho 1 escuela secundaria con la formación de una Selectividad tradicional y, de haberse aprobado la reforma, habrían acudido a este curso con consignas completamente diferentes.
El examen de junio de 2024 será, por tanto, como el de años anteriores, es decir, como el de la Lomce del PP. Lo que pasa es que el aplazamiento va contra la ley, porque la propia Lomloe dice en su calendario que la reforma del acceso a la universidad debe realizarse este año, el mismo en el que se introduce el segundo curso de Bachillerato.
tambaleándose
Esta es la tercera vez que Alegra da marcha atrás con la Selectividad, una prueba que parece gacha. En julio del año pasado presentó un formato que recibió todo tipo de críticas porque suponía una “reducción considerable de contenidos”. Se trataba de una prueba de madurez académica que reunía varias materias en un solo examen. La mayoría de las preguntas eran de opción múltiple y se desarrollaban, como mucho, en apenas dos párrafos. Los profesores clamaban a gritos porque este sistema no permitía a los alumnos demostrar los conocimientos adquiridos.
Cinco meses después, en diciembre, el ministro acordó cambiar el sistema. Eliminó la prueba de madurez y redujo las preguntas de opción múltiple. Posteriormente ha introducido pequeños cambios pero los sucesivos borradores no terminaron de convencer a las universidades, que solicitaron un año de prórroga. En mayo, Alegra decidió suspender la reforma para no crear incertidumbre en vísperas de las elecciones. Ahora la vuelve a paralizar.
Las comunidades del PP ven con buenos ojos el cambio pero han seguido insistiendo en que la mejor solución para ellos es una prueba única en toda España que permita a estudiantes de todas las regiones acceder a la universidad en igualdad de condiciones.
Entre las comunidades del PP hay “malestar” por la convocatoria, por no especificar claramente que se iba a decidir sobre la Selectividad y porque el formato no es la Conferencia Sectorial de Educación ni la Comisión General)