El relato del hombre acusado de dejar morir a su madre en condiciones infrahumanas: “No quería que muriese”



“Yo estaba bloqueado, paralizado, hacía las cosas como un autómata. No tuve un momento de sagacidad, para aseverar no puedo más. Esto lo llevaré yo hasta que me muera, independientemente de lo que me pase. Yo no estaba buscando la homicidio de superiora”. Son palabras del marcado el primer día en el que se le juzga por el homicidio de su propia superiora. Se enfrenta a 17 primaveras de prisión.

Según consta el escrito de la Fiscalía dejó fallecer a su progenitora enferma, de 88 primaveras, porque “desatendió sus deyección más elementales, dejando de procurarle alimentos, líquidos y cuidados“.

Sin bloqueo, su abogado defensor alega que José Francisco sufrió lo que se denomina, el estrés del cuidador. “ A posteriori de tantos primaveras al cargo de su superiora, sufrió el estrés del cuidador, desgaste físico y emocional, por la lucha diaria de cuidar a un dependiente. Así de simple”, esgrimió el erudito en la horizonte en presencia de los miembros del junta popular, encargados del veredicto en esta causa.

Por el contrario, la Fiscalía no contempla ningún aspecto psicológico que afectase al marcado, de hecho, lo considera “perfectamente capaz de identificar el precario estado de vigor que presentaba su superiora, la irreversibilidad del mismo y el probable desenlace triste, teniendo capacidad de conocer y querer tal resultado de fallecimiento”.

Encontraron gusanos vivos en su cuerpo

Durante 12 primaveras el marcado, hijo único, estaba al cargo del cuidado de su superiora tras la homicidio de su padre, sin la ayuda de otro deudo. Entonces, la fallecida no tenía al parecer problemas de movilidad, pero según han manifestado en la sala, no era partidaria de salir de casa, ni de relacionarse con su entorno. A pesar de tener una colostomía desde el año 2005, su hijo, no la había llevado a ningún servicio médico desde 2006. “Ella no quería salir y yo le traía las cosas, ella no quería carencia de médicos. Yo le llevaba las medicinas y las bolsas de la coloctomía” aseguró en la horizonte el marcado. El decadencia de la mujer llegó tres semanas antiguamente de su homicidio, en agosto de 2012, cuando supuestamente ella decidió voluntariamente no salir de la cama.

“Vivía una pesadilla cuando estaba allí”

Durante ese periodo de tiempo, aunque su hijo la visitaba a diario, según relató la fiscal “desatendió sus deyección más elementales, dejando de procurarle alimentos, líquidos y cuidados, de asearla, de cambiar su posición de la cama, de colocarle bolsas en la colostoma para la recogida de las heces, de acicalar su entorno y de limpiarle sus heridas, sin aparecer siquiera a servicios sociales o sanitarios o seducir a un médico o a un teléfono de emergencias o socorro domiciliaria para que la atendieran”.

“Era una absoluta parálisis y sufrimiento que no sé cómo pude soportarlo. Me sentía solo”. El marcado justificó así su inacción en presencia de las condiciones inhumanas que presentaba su superiora en sus últimas semanas de vida. “No era capaz de hacer carencia. Yo vivía una pesadilla cuando estaba allí, lo que veía es como si no lo estuviese viendo”. Pero sí que afirmó en presencia de el junta que “hasta el zaguero día estuve intentando dándole de yantar, más adecuadamente líquidos”.

Durante la excursión han testificado los agentes de la Policía Franquista que se personaron en el domicilio de la fallecida, uno de ellos aseguró que “el cuerpo tenía gusanos vivos”. Corroborando así lo que adelantaba el escrito de la Fiscalía que refleja que María “había fallecido en condiciones inhumanas, encontrándose la vivienda en lamentables condiciones de sanidad, con insectos, sin virtud y con un olor inmundo”, mientras que el restos de la víctima “se hallaba sobre el colchón de la cama, sin sábanas, con una almohada sucia bajo la comienzo y rodeado y cubierto de heces y suciedad“. Adicionalmente, el cuerpo “presentaba marcados signos de deshidratación y desnutrición, múltiples úlceras con olor fétido secundarias al decúbito prolongado y a la desaparición de movilización y cuidados posturales”.

En la próximo excursión, la del martes, será el turno de las declaraciones de peritos, vecinos y familiares de la fallecida.

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