Los accesos al arenal han sido arrasados por las fuertes mareas de los últimos días. El oleaje generado por el temporal Hipólito ha borrado los aproximadamente los 40 metros de arena que puede tener la parte más ancha de la playa.
Una zona de urbanizaciones ha sido la más afectada, donde el mar llega a la parte exterior de las construcciones. Sin incautación, la parte del costa que no ha sido edificada y donde aún abunda la cubierta vegetal ha resistido mejor la embestida de las olas.
Esta población depende del comunidad de Punta Sombra, su corregidor, José Carlos Hernández Cansino, ya ha experto del “aventura definitivo de perder la playa de El Portil si la Dirección Normal de la Costa no actúa de inmediato”.
Los daños por las mareas
El regidor y varios concejales han visitado los daños ocasionados por las mareas vivas del fin de semana. Comprobaron que los accesos que habían sido reparados la temporada pasada están totalmente destruidos, “estamos delante un nuevo capítulo de la inacción de la Dirección Normal de la Costa y el Mar, dependiente del Profesión para la Transición Ecológica y el Oposición Demográfico, a quien ya en julio interpusimos una petición, previa a la vía sumarial, por los graves daños en las infraestructuras de la playa de El Portil, y de la que a día de hoy no hemos recibido ninguna respuesta”, declaró Cansino. El corregidor además ha experto que “esperar a que se derrumben las casas de primera cadena de playa de El Portil no es la posibilidad”.
Ahora desde el consistorio realizarán un nuevo documentación para remitirlo al Profesión, por otra parte de envolver las zonas que supongan un aventura para la población.
Por su parte, los vecinos de El Portil llevan abriles reclamando una posibilidad a todas las administraciones, incluso por vía sumarial. Piden una regeneración de la playa que evite que se pierda el arenal para siempre. En el perfil de Facebook de la Asociación de Vecinos Portileños se preguntan “Hola Gobierno de España, ¿hasta cuándo?” haciendo remisión a un video en el que se el oleaje batiendo casi en las puertas de las casas.