Creen que si cada comunidad acogiera a 40 menores, lo que supone una cantidad mínima, se podría descongestionar el sistema canario y sería de gran ayuda para atender a los menores con calidad. “Si este bulto de entradas sigue siendo la que está siendo, empezaremos a vulnerar derechos de menores, porque los bienes son limitados”, afirma Delia García.
Pasan a ser tutulados por el Gobierno de Canarias
Estos menores, son los que llegan sin grupo en los cayucos o pateras, y pasan directamente a ser tutelados por el Gobierno de Canarias. En los centros de acogida lo primero que hacen es enseñarles castellano y posteriormente, la mayoría de ellos son escolarizados. “Tengo cuarto de la ESO, voy al instituto, quiero ser formador para ayudar a chicos como yo”, nos cuenta Brahim, un tierno marroquí de 17 primaveras.
La directora de Quorum nos cuenta que del total de MENAS que llegan a Canarias, solo un 1,5% tienen una variación del comportamiento, es sostener, son conflictivos, y en ocasiones recurren a las drogas como esparcimiento pero que el resto vienen a cambiar, salir de la miseria y trabajar.
Uno de los mayores problemas que surgen es el de las pruebas de determinación de la años, ya que incluso hay colapso en las listas para realizarlas, y en ocasiones hay menores que van a centros de mayores y al contrario. En alguna ocasión incluso han sido derivados a la península, y una vez allí se detecta que son menores, y no mayores de años como se pensaba.
Cuando estos menores, llegan a la mayoría de años, casi todos se van de los centros y se reúnen con familiares en la península o en Francia. En el propio centro les facilitan esos encuentros, y los que no tienen grupo, pasan a la red de acogida de mayores o buscan su camino.