Anuncios como estos son habituales en las plataformas inmobiliarias, especialmente en las grandes ciudades. “Zulos auténticos”, nos cuenta Carlos, que vive de locación en la provincia de Barcelona: “yo a esta multitud la multaría directamente”.
Los “mini” pisos
“Sitios que son de 20 metros te cobran 750 u 800 euros”, afirma otra mujer, “es una crueldad“. Lo de amodorrarse con vistas al microondas ya es un clásico en esto de los cuchitriles. Además pisos con ventanas minúsculas, si las tienen. Pero una vivienda en saldo de 5 metros cuadrados no la habíamos conocido nunca.
Está en Cuatro Caminos, en Madrid, y las fotos son surrealistas. Piden por él 32.000 euros. “He dormido en camas que tenían casi la misma superficie”, comenta una usuaria de Twitter. “Si no tienes hijos, demasiado amplio”, ironiza otra.
Infraviviendas a precios desorbitados
Hay otro que se vende como “oportunidad” en el morería madrileño de Lavapiés. Un asfalto que sigue en pie de portento, de hecho vemos algunas estancias apuntaladas. Piden por él 220.000 euros. “Es un negocio, un atropello y no me parece correctamente”, opinan en la calle.
Y atención a lo que le ha pasado a un turista en Lanzarote. Alquiló una habitación en un asfalto compartido a través de una plataforma y al conservarse se encontró un particular comercial repleto de tiendas de campaña. A 25 euros la tenebrosidad y con baños comunes.