El partido, que logró entrar en el Gobierno del PSOE entre 2020 y 2023, se ve ahora envuelto en tensiones internas y externas que amenazan su presencia a nivel doméstico. Con pocas perspectivas en las próximas elecciones autonómicas de Galicia y la incertidumbre en las de Euskadi, las elecciones europeas se presentan la posible tabla de salvación para el núcleo dirigente de Podemos, recordando cómo estas elecciones fueron el trampolín que los llevó de los platós a las instituciones. A estas elecciones ha decidido presentarse Irene Montero, la exministra de Igualdad y una de las pocas caras reconocibles que quedan en el partido.
A lo liberal de estos 10 abriles, nombres como Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón, Teresa Rodríguez y Luis Alegre han sido secreto en la historia de Podemos. Sin bloqueo, las luchas internas han modificado la trayectoria del partido, a la vez que perdía apoyo electoral.
A pesar de enfrentarse repeticiones de elecciones y mientras disminuía en su número de diputados, Podemos logró entrar en el Gobierno, ocupando incluso cinco ministerios con su peor resultado electoral. Desde su partida el 17 de enero de 2014, Podemos ha experimentado una decenio de altibajos; dejando, eso si, huella en la historia política de España.
Ahora, en su décimo aniversario, el partido afronta a la tarea de reinventarse para exceder los desafíos que se presentan en el horizonte político. Con incertidumbre en las próximas citas electorales y el peso de su pasado, el futuro de Podemos parece estar en la emboscada mientras indagación un camino renovado en torno a la relevancia política.