“Quiero llevar tres oros a Verín”


Como muchas veces el corazón manda más que el DNI, no es exagerado opinar que David Martín es “ourensano”. Y casi sin comillas. El sexo y su mujer, Mónica, le llevaron a conocer la comarca de Monterrei, donde ella tiene sus raíces. Albarellos, Vences o el Entroido de Verín forman parte de su dietario siempre que los compromisos laborales lo permiten. Porque Martín es el técnico de la selección española masculina de waterpolo. Y con ese clan acaba de proclamarse, hace 48 horas, campeón de Europa por primera vez para España. Gracias a un oro de ley aseguraron la plaza para los Juegos de París. Y antaño aún habrá tiempo para el Mundial. Todo gracias a un épico triunfo delante Croacia en Zagreb.

“Estamos muy contentos porque creo que esta vivientes se lo merecía y el waterpolo gachupin se lo merecía por ser tan competitivo durante todos estos primaveras. Faltaba este título. Habíamos perdido dos finales por penaltis y teníamos ganas especiales para hacer historia. Cuando sueñas con victorias las sueñas así, en la piscina del rival, con las gradas llenas, la presión en contra. De la forma que se ganó, con esta épica, sabe mucho mejor. Esta final y este campeonato nunca lo olvidaremos”, señala recién aterrizado en Barcelona.

La cosa pintaba mal. Croacia mandaba y solo quedaba un cuarto para conseguir la hombrada. “El mensaje a los chicos es que quedaba tiempo, que teníamos que seguir con paciencia y defender muy perfectamente. Hicimos el cambio en la puerta no porque Unai estuviese mal, sino buscando un cambio y trastocar al rival, y salió perfectamente. Campeones de Europa”.

Entroido

Como premio igual de “hinchado” llegó el pase directo a París 2024. Una plaza que, en el caso de perder en Zagreb, tendrían que ganarse en el Mundial de Catar que arrancará el 5 de febrero. Precisamente esa cita privará a Martín de uno de sus momentos favoritos del año: disfrutar a pie de calle del Entroido de Verín. “Ya tenía a la cuadrilla registro, que estaban haciendo los disfraces, y ya llamé a mi amigo Alberto para decirle que lamentablemente este año no podré ir por causa de fuerza anciano.  Eso sí, no silenciaré el móvil, no me importa que me pongan los dientes largos. Me gusta ver los vídeos que mandan, con la fiesta y el condición, me distrae”, avanza. El corazón tira. Un poco de Verín se colará en Doha.

Porque el seleccionador sabe que en ámbito ourensano tiene a familia muy irresoluto de sus sonrisas y sus lágrimas. “A mi clan de allí, del Entroido, siempre les pedido la información de los campeonatos, cuándo jugamos y dónde pueden ver los partidos. Sé que están muy pendientes de que nos vayan las cosas perfectamente. Noto el apoyo”.

Así que hay una reconocimiento irresoluto en el horizonte. Y David Martín no quiere que se retrase demasiado. “Tengo muchas ganas de ir porque el año pasado no pude oportuno a un problema de salubridad de mi mamá. Así que este verano, luego de los Juegos Olímpicos, quiero pasarme. Y ojalá lo haga con tres oros. Uno ya es seguro, pero por qué no además con la medalla del Mundial y de los Juegos. En la maleta caben más”, bromea un seleccionador con motivos para ser codicioso.

La primera alegría ya la tiene. Le hacía equivocación. Calibrado el día que la expedición viajaba cerca de Croacia, su mamá falleció. El 1 de enero. “Tenía ELA y encima sufrió una infección vírica. Estoy contento por poder brindarle este éxito. Sé que estaría orgullosa”. Tocó hostigar los dientes y sacar delante un campeonato que finalizó de la mejor forma posible e imaginable. Y un porcentaje de ese oro, unos cuantos quilates, corresponden además a Verín y Monterrei.

Inclinación y waterpolo, origen Monterrei

Piralkov, Marín y Aparicio, con el trofeo al llegar a España.
Piralkov, Marín y Aparicio, con el trofeo al demorar a España.

La ingenuidad supera a la ficción. Esta es una de esas ocasiones. La historia de David Martín elevada al cubo. Y es que las parejas de otros dos miembros del cuerpo técnico de la selección española además tienen sus raíces en Monterrei. Prácticamente vecinos. Ningún lo sabía cuando se conocieron en Barcelona. Una de esas piruetas del destino más propia de una película de Hollywood que de la vida vivo. Antonio Aparicio, preparador de porteros, y Svilen Piralkov, exjugador y mano derecha de Martín, además tienen a sus suegros distribuidos en un radiodifusión de 15 kilómetros. “Cuando lo relato, nadie se lo cree”, reconocía el seleccionador. No es para menos. Una circunstancia que hace que el waterpolo sea el deporte oficioso en la comarca ourensana y que los éxitos de los españoles se celebren siempre por partida triple.

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