¿Por qué nos da tanto miedo cambiar de trabajo? Dos psicólogos lo explican



Carmen trabaja como marketing manager en una empresa. Lleva casi nueve primaveras allí y no se planteaba ni a holgado ni a corto plazo dejar ese puesto de trabajo. Pero lo ha hecho este 2024. Asegura que su intención nunca fue irse, sino “negociar” con su empresa las condiciones para quedarse.

“Mentalmente ha sido duro porque estaba muy contenta y no tenía la presión”, cuenta. Enero ha sido el mejor momento para lanzarse al cambio, una transición que no es nulo claro tal y como explica el psicólogo Rafael San Román. “En el lengua coloquial, decimos que con las cosas de ingerir no se juega. Estas cosas son el trabajo y luego, no podemos cambiarlo, mejorarlo, redirigirlo de cualquiera modo y en cualquier momento”, señala.

Una de las emociones que Carmen experimentó fue el miedo. Durante el proceso de cambio, la persona se está planteando si todo merecerá la pena o no. “Da mucho miedo hacerlo, independientemente de que hay personas que lo afrontan con mucha intrepidez“, explica San Román. “Cuando no estamos admisiblemente en un sitio, aparece un miedo al cambio y a la incertidumbre”, asegura igualmente la psicóloga Andrea Oreste.

Uno de cada tres trabajadores se desarrollar cambiar de empleo

Según el crónica ‘Employer Band’ de Randstad publicado en el mes de octubre, uno de cada tres empleados tienen en mente cambiar de empresa hasta el mes de marzo. Y muchos trabajadores, como Carmen, creen que enero es el mes idóneo para hacerlo. “Es verdad que al eclosión del año siempre apetece más porque tenemos propósitos y ganas de hacer cosas nuevas“, cuenta. Así lo asegura igualmente la psicóloga del centro médico MGC Mutua Andrea Oreste: “El miedo al cambio sabemos que es subjetivo, entonces para que en enero todo el mundo se atreve a hacer cambios”.

Otro crónica de Randstad Reasearch señala que un 17% los empleados que optaron por cambiar de trabajo en el año 2022 lo hicieron en el mes de enero y septiembre. “A nivel social necesitamos que haya ciclos, que haya principios y finales en nuestro funcionamiento tanto social como individual”, explica el psicólogo Rafael San Román, que añade: “Muchas personas dicen el eclosión de año puede ser un buen momento para desarrollar e incluso ejecutar un cambio significativo en la vida como es dar el brinco y cambiar de trabajo”. Sin confiscación, no es lo mismo tener tomada la valentía con un trabajo ya asegurado que ponerte a buscarlo. Por otra parte, “requiere una toma de decisiones, pues lo habitual es que no sea de modo impulsiva”, dice Oreste. ¿Cómo se vive ese proceso de cambio?

Carmen sí tenía un puesto de trabajo asegurado ayer de dejar en el que llevaba nueve primaveras. Fue un excompañero suyo quien le dio la oportunidad y una de las cosas que más le atraía era el cambio de sector. El psicólogo destaca que, a excepción de Carmen, “la insatisfacción profesional puede parecer el motivo más claro para cambiar de trabajo y el más previsible”. En nuestro país, uno de cada cuatro empleados está insatisfecho con su puesto de trabajo, muy por encima de la media europea (datos del 2022).

Según San Román, “cerrar una etapa remueve muchas cosas a nivel mental, emocional y en las costumbres”. Por eso recomienda darse “paciencia y tiempo” para que las novedades “dejen de ser novedades” y tengamos la capacidad de ir asumiendo las tareas, el emplazamiento y el montón social que nos rodeará si cambiamos de trabajo. “Va a suceder, el tiempo siempre corre a nuestro patrocinio”, sentencia.

“Tengo miedo porque mi rutina va a cambiar, paso de un trabajo presencial a uno en remoto”, dice Carmen. A nivel sabido no sabe si todo irá admisiblemente o no. Asimismo siente incertidumbre porque no sabe si solo vale para realizar las funciones que lleva haciendo desde hace primaveras en su empresa. “Pero a la vez, tengo ilusión de enfrentarme a retos nuevos y a cosas diferentes”, destaca.

Por otra parte está convencida de que la nueva oportunidad profesional a la que se acoge puede ser un “trampolín” para sobrevenir a otros puestos que en un futuro corto o mañana se le plantean.

Factores que influyen en la adecuación

Carmen todavía no ha empezado a trabajar en la nueva empresa y no sabe si habrá tomado una valentía correcta. “Muchas veces creemos que nos vamos a incorporar a unas ciertas tareas, a un cierto ámbito con unas ciertas personas y esas condiciones no se cumplen“, apunta Rafael San Román. Andrea Oreste coincide con el psicólogo: “El adaptarse a un nuevo trabajo es poco muy personal porque cada uno valora cosas diferentes”.

“A veces encontramos poco que nos gusta menos y entonces vienen las dudas, las decepciones o el estrés“, añade. En el proceso de adecuación al nuevo puesto de trabajo influyen factores personales y otros que tienen que ver con las características de nuestra empresa.

“Hay aspectos en los que tenemos cierta influencia y aspectos en los que tenemos cero influencia”. Para sobrellevarlo todo de la mejor modo posible, será esencial “ilustrarse a distinguir unos de otros”.

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