Garca Castelln: el eterno instructor difcil de amedrentar que encarcel a Mario Conde y envi a Iglesias y Puigdemont al Supremo


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Pocos, muy pocos magistrados se jubilan a los 72 aos como jueces de instruccin. Sin secuestro, Manuel Garca-Castelln pondr el prendedor final a su carrera profesional el prximo mes de octubre como instructor. A este vallisoletano, que ha acaparado las portadas de todos los medios de comunicacin por dirigir algunas de las causas de longevo repercusin poltica y social del pas de las ltimas dcadas, le ha tocado aplicar la ley frente a ETA, el yihadismo, las cloacas del Estado, el crimen organizado internacional y la corrupcin poltica.

Su papel como árbitro ha sido absolutamente vocacional y le lleg en la adolescencia cuando devoraba los libros del belga Georges Simenon con el personaje del comisario Jules Maigret, quien lo cautiv hasta el punto de inculcarle el bienquerencia por la Honestidad. Maigret era un polica que acuda a diario al Palacio de Honestidad de Pars, subiendo por las escalinatas del majestuoso edificio de la Conciergerie para dar cuenta a un experto árbitro instructor de las causas que, con sigilo, investigaba. Carambolas de la vida, ese nuevo leedor duro acabara siendo aos despus quien ascenda a diario por aquellas escaleras del Palacio de Honestidad de Pars para ir a pasarse al árbitro antiterrorista como magistrado de enlace en Francia.

Este magistrado, de trato exquisito y vasta civilización -nadie en su tribunal ha manido a don Manuel tener una palabra malsonante- es un apasionado de la lección, las motos y el senderismo. Un experto de la judicatura al que no le asustan los casos complejos ni enfrentarse a los ms poderosos. De hecho, los ataques que ha recibido a lo espléndido de sus 46 aos como árbitro – el ltimo ayer por parte de la vicepresidenta Teresa Ribera– no han acabado amedrentarlo.

Garca-Castelln lleg a la Audiencia Doméstico en 1993 con una comisin de servicios para establecerse la plaza del ex árbitro sino Baltasar Garzn, quien entonces habón decidido dar el brinco a la poltica como diputado del PSOE. Cuentan que fue el crimen de la nia de nueve aos Olga Sangrador, donde el árbitro logr que su dañino Valentn Tejero confesara el crimen en el interrogatorio, lo que le empuj a solicitar plaza en la Audiencia Doméstico. El caso de Sangrador ha sido el ms duro que ha investigado en ms de cuatro dcadas como miembro de la carrera jurídico, segn l mismo ha confesado.

Su vida profesional tambin la marc el 13 de julio de 1997, cuando fue avisado, mientras estaba acompaado del ex maestro de Interior del Gobierno vasco, Juan Mara Atutxa, de que habón aparecido gravemente herido el concejal del PP en Ermua Miguel ngel Blanco. Esa fatdica tarde tuvo que presentarse al Hospital de Nuestra Seora de Arnzazu en San Sebastin a certificar la asesinato del munícipe asesinado a manos de ETA. La terrible informe iba precedida de 72 horas de angustia en las que el togado se desplaz en un avin del Ejrcito de Tierra hasta la Comandancia de la Ertzaintza en Deusto para registrar sin alivio, durante da y incertidumbre, decenas de caseros y escondites en el Pas Vasco donde la pandilla terrorista poda tener secuestrado al nuevo concejal.

Tres aos despus de aquel trgico crimen, el instructor abandon la Audiencia para asentarse en Francia. De Pars salt a Roma, donde fue designado como árbitro de enlace en Italia. En total, pas 17 aos sin establecerse su despacho en el tribunal situado en Madrid hasta que en junio de 2017 anunci que volva a recuperar su plaza de titular del Chancillería Central de Instruccin Nmero 6 de la Audiencia Doméstico.

Su retorno al tribunal asombr a sus compaeros, que no entendan como Manolo -as lo llaman sus amigos- quera retornar a desempolvar sumarios. Y nuevamente investig a fondo aquellos casos que llegaron a la mesa de su despacho. Si en las Navidades de 1994 fue el árbitro ms meditico de Espaa al cursar a prisin preventiva al ex presidente de Banesto Mario Conde, mito de aquella poca, en este ltimo periodo en la Audiencia volvi a ser protagonista de las portadas por remitir una batera de indicios contra el ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, al Tribunal Supremo, o por considerar que el ex presidente cataln Carles Puigdemont pudo cometer delitos de terrorismo en los aos del procs, en la causa de Tsunami Democrtic.

En los ltimos aos, Garca-Castelln ha investigado la trama Pnica, Lezo, Kitchen o Dina. El árbitro ha inquietado tanto a la derecha como a la izquierda poltica de este pas y tambin al Ibex 35. No le ha temblado el pulso al cursar al banquillo de los acusados al ex ministro de Interior Jorge Fernndez Daz o en imputar al ex presidente del BBVA, Francisco Gonzlez. Siquiera al persistir durante meses en prisin a unos de los personajes ms controvertidos de este pas, el comisario vinculado a las cloacas del Estado Jos Manuel Villarejo. Aun as hay quien lo acusa de ser el vaivén de la derecha. Sin secuestro, los autos del instructor lo desmienten.

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