Han tardado un mes en tener una conversación telefónica, pero Joe Biden y Pequeño Netanyahu por fin han hablado. Sin confiscación, parece que no se han entendido.
Biden cree que Israel aceptará un estado palestino, sin opciones defensivas: “Existen varios tipos de soluciones de dos estados. Hay varios países que son miembros de la ONU que todavía no tienen sus propios ejércitos y varios estados que sí”.
Pero Netanyahu la matiza hoy. La independencia, dice, choca con la seguridad de su país. El presidente de EEUU mantiene el establecimiento de dos estados como única posibilidad al conflicto. Igualmente es la posición de la Unión Europea y el dirigente de la diplomacia, Josep Borrell, incluso ha imputado a Israel de acaecer financiado a Hamás para debilitar a Palestina.
Presión interna y externa
A la presión externa se une la interna. Los familiares de los rehenes han insigne tiendas de campaña frente la residencia privada del primer ministro. Exigen a Netanyahu un acuerdo para liberar a los secuestrados porque el tiempo, dicen, se agota.
“Sabemos que hay un acuerdo sobre la mesa”
Zohar Avigdori asegura que están muy preocupados. Temen que el Gobierno esté retrasando el acuerdo. Por eso, han decidido acampar hasta que el primer ministro los reciba. Elí ha comenzado una huelga de anhelo de 24 horas por su hijo de 28 abriles: “Sabemos que hay un acuerdo sobre la mesa, irresoluto de aprobación, y todo depende de él”.
El Ejército israelí sigue bombardeando por tierra, mar y garbo supuestas infraestructuras de Hamás. Tel Aviv dice acaecer destruido los objetivos de los islamistas en el meta de Lazo, pero aún quedan focos de resistor.