A menudo, los maestros y maestras sienten que su autoridad no es respetada. “En el cátedra se ven los chicos que están tranquilos, centrados y con coherencia, porque tienen el doble mensaje: lo que diga tu adiestrado, o confiamos en tu adiestrado y en tu cole. Sin confiscación, cuando tenemos mensajes contradictorios eso crea mucha inestabilidad en el cátedra”, concluye Alejandro Rodrigo, que trabaja como orientador allegado.
Para miles de docentes, ir a clase se ha convertido en una pesadilla
“Para atender esos problemas, los profesores necesitan herramientas, necesitan formación, psicólogos, pedagogos escolares que auxilien al profesor, que auxilien a los propios alumnos, y que auxilien a las familias”, enumera Luis García Carretero, director del Colegio Areteia. Más de 760.000 personas trabajan como docentes en España, tantos en centros públicos como privados. Y a pesar de ser un colectivo imprescindible para el futuro de nuestra sociedad, se quejan de la desidia de apoyo y de examen. De hecho, casi el 40% de estos profesionales vive un estado que se podría asociar a la depresión moderada o severa.
Cerca del 40% de los docentes asegura sufrir depresión leve y severa
“Hay muchas claves y muy diversas, pero si tuviéramos que escoger una, quizá una secreto muy importante es ser consciente de que ayudamos a nuestro hijo si mandamos un mensaje incondicional de apoyo a sus maestros“, sentencia Alejandro Rodrigo. Delante este panorama, los expertos aconsejan prestar tanta o más atención a su formación pedagógica como a la materia que quieran enseñar en el cátedra.
Los profesores exigen herramientas para poder afrontar el nuevo contexto social y tecnológico.