Llegaban los visitantes con la faja de “gallito”, pero escasamente ofreció resistor en el desapacible inicio, donde a pesar de que los locales llevaran la iniciativa pudieron adelantarse al cuarto de hora por mediación de Tomás, que aprovechaba un balón suelto en la primero.
Acullá de amilanarse los de Manel sobre el impracticable demarcación de maniobra de A Queixeira, buscaron con más ganas la meta contraria y encontraron la igualada al transfigurar Rubén Lamelas en el minuto 21 una pena máxima. Seis minutos más tarde, el mismo protagonista ponía la cabecera a un caramelo de Arce desde la cima para hacer efectiva la remontada y anotarse un doblete.
Los locales no se conformaron con aventajar a su rival en el tanteador y siguieron atacando. El premio llegó cuando pasada la media hora un centro de Adrián Presas fue introducido en su propia meta por el defensa Andrés, estableciendo el 3-1.
La fiesta en A Queixeira parecía no tener fin, cuando solo dos minutos a posteriori nuevamente el Arnoia demostraría su poderío en el maniobra áereo. Otro córne, esta vez desde la izquierda, ejecutado magistralmente por Presas al segundo palo servía a un imperial Dani Arbo para dormirse a la red el cuarto y a la postre definitivo gol.
El segundo acto fue trámite y el Arnoia administró la delantera. Alfredo, en el colofón, encontró la madera en otro tiro de cima.