Al día se caen cuatro al mar, hay que buscar una solución



Llevamos días hablando de contenedores caídos al mar y de pérdidas de carga, pero Carlos Freire lleva congruo más tiempo siendo consciente de este problema: “Cuando vi el gran número de contenedores que se caen al mar y que adicionalmente se quedan ahí sin que nadie haga mínimo dije, hay que averiguar una opción”. Se puso manos a la obra y el resultado es ya una existencia. Se pira Cobs y es un tesina que nace con una clara inclinación medioambiental, pero que está demostrando que puede ser incluso un negocio perfectamente viable.

Contenedores localizados

“Se compone de dos partes. Una consiste en tener el contenedor localizado y que cuando se cae al mar la alerta salte inmediatamente”, explica. En la contemporaneidad ni el importador ni el exportador maneja esa información. Una vez que el contenedor se sube al barco se le pierde la pista hasta la venida a puerto y si por el camino surge algún problema no hay aviso. “Entre otras cosas porque el capitán no sabe ni qué contenedor cayó ni qué llevaba en el interior hasta que acaba la travesía”, explica Freire.

Con este dispositivo, pequeño y tratable de colocar, esta información se puede tener al momento, lo que permitiría a la empresa que retraso ese producto tomar medidas inmediatas. “Mandar otro contenedor con los materiales por ejemplo, sin perder semanas”, cuenta.

Un airbag superhombre

La segunda parte del tesina es esa especie de airbag superhombre que se desplegaría en torno a del contenedor para mantenerlo a flote: “Si no le entrase agua se mantendría a flote él mismo, pero lo cierto es que los contenedores se van deteriorando y al final a todos les entra agua, por lo que se acaban hundiendo”.

Recuperar un contenedor hundido supone unos costes que ninguna empresa acaba asumiendo, lo que supone que queden en el fondo del mar decenas de ellos que en algunos casos acaban perdiendo la carga y suponiendo un desastre medioambiental. Con este mecanismo podrían permanecer a flote y así es mucho más factible recuperarlos.

Pero la pregunta es la ulterior: ¿Es viable económicamente? ¿Qué costes supone esto? Según nos explica su inventor, sí lo es. “Si funciona como una especie de arriendo es viable. La idea es que se le pueda poner este ingenio a un contenedor pagando un precio y al aparecer a destino retirar el ingenio y ponérselo a otro y así sucesivamente”, comenta Freire. Un sistema que cobra distinto valencia si hablamos de mercancías peligrosas o de aquellas que tienen un gran valencia. ¿Cómo si se tratase de un seguro?, averiguo. “Pues sí, más o menos”, contesta el ingeniero.

Un seguro para la carga y un seguro para el que envía, el que recibe y, sobre todo, un seguro para el mar, no hay duda.

Damos un paso más y hablamos incluso de la posibilidad de que acabe estando regulado. Aunque es pronto para murmurar de eso, este ingeniero sí tiene claro que en los próximos primaveras se tomarán medidas al respecto, ya que “en Europa este problema preocupa mucho”. Y no es para menos.

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