¿Se pudo evitar el crimen?



El maligno confeso de los tres hermanos de Morata de Tajuña ya ha pasado a disposición sumarial. Cada vez se conocen más datos de él: le llaman ‘El Molesto’, tiene 43 primaveras y es de procedencia pakistaní. Incluso se ha podido conocer sus reseñas policiales y que contaba con varios historial.

Las autoridades confirman que tiene mala reputación y es áspero, intransigente, esquivo y poco sociable. Sus vecinos aseguran que su comportamiento era extraño y que no hablaba con ellos. Solo saben de él que regentaba un cabina. Aseguran que era un prestamista de muy dudosa reputación.

Referencias

Su extensa ficha policial que comienza en 2006, con una presunta asalto cometida en Pakistán, cuando tenía tan solo 24 primaveras. Continúa con varios delitos de estafa hasta montar al 2023. En enero, cuando vivía con los tres hermanos de Morata, agrede violentamente a una de ellas y arranca bruscamente el irresoluto a la otra. No se interpuso demanda y, por lo tanto, no fue detenido.

En febrero es detenido por asaltar con un martillo a la pequeño de los hermanos de Morata de Tajuña. Es condenado a prisión y al cuota de una indemnización. En septiembre sale de prisión, pero nunca vuelve a proceder con los ancianos. En octubre vuelve a ser detenido por asaltar brutalmente a un cliente al que vendió un ordenador.

En diciembre, el hombre se habría puesto en contacto con su abogada para recuperar sus peculio y sus cosas, que aún permanecían en la casa de los hermanos. La letrada interpuso un escrito que acude acompañado de un Policía almacén. “Estaba desesperado, arruinado, sin falta de peculio. Como no me podía arrimar a ellas porque tenía una orden de alojamiento, les reclamé mi peculio en varias ocasiones. Pero no me contestaban, me ignoraban“, explicó el maligno confeso. Entonces, acudió a la vivienda completamente solo y comete el triple crimen.

La investigación todavía continúa. La principal hipótesis que manejan los agentes de la Agente Civil es que el crimen se debiese a un ajuste de cuentas por deudas. Las dos hermanas se habrían arruinado tras ser víctimas de una estafa amorosa y pedían peculio a sus allegados y vecinos de forma recurrente. Decidieron arrendar la habitación al detenido a principios del año pasado, al que supuestamente acabaron debiendo unos 60.000 euros.

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