Los hechos se remontan a 2016 cuando la matriz de la víctima, que entonces tenía 21 primaveras, comenzó una relación con el hijo de la acusada. La Fiscalía subraya que la nuevo con síndrome de Down tenía en aquel momento una dependencia moderada de otras personas, debiendo estar al cuidado de otros por el retraso mental que sufre y que le impide prestar consentimiento válido en presencia de determinadas situaciones de la vida cotidiana. La matriz de la nuevo, comenzó una convivencia con su nueva pareja y con la matriz de ésta, la acusada, que pasó en ese momento a acoger a la víctima como una nieta.
Le decía que si contaba poco la tiraría por el oteador
A partir de 2018, según el escrito de la Fiscalía, en varias ocasiones mientras la procesada se encargaba del cuidado de la víctima, aprovechaba los momentos que se quedaban a solas para besarla, tumbarla en la cama, tocarle los pechos y hacerle tocamientos íntimos. Luego, para evitar que se lo contara a su matriz y con el fin de atemorizarla le decía que si contaba poco la tiraría por el oteador o la ingresarían en un centro.
Los hechos narrados son constitutivos de un supuesto delito de violación continuado y, como consecuencia de estos, la víctima presenta una sintomatología postraumática con una pérdida importante de autonomía.
Sufre un daño irreversible
La Fiscalía pide para la procesada la pena de 15 primaveras de prisión con la pena accesoria de inhabilitación absoluta y la prohibición de acercarse y comunicarse por cualquier medio y a menos de un radiodifusión de 500 metros a la víctima. La denuncia particular pide encima tres primaveras más por lesiones psíquicas y otros tres por maltrato habitual, encima de 100.000 euros de responsabilidad civil basándose en los informes psicológicos.
Mónica Sánchez, abogada de la denuncia particular, asegura que la nuevo lleva en tratamiento psicológico desde 2018, que sufre un daño irreversible y que su vida nadie tiene que ver con lo de antiguamente.