Precisamente ese fue el punto de partida: “Viendo los generadores de imágenes a partir de texto que existen ahora mismo, se nos ocurrió investigar si era posible detectar si una imagen era creada con una cámara de fotos -o incluso un teléfono móvil- o con un software de inteligencia químico. Es aseverar, si la imagen es natural o no”, explica Fernando Martín, del montón de Dispositivos de Ingreso Frecuencia del centro atlanTTic.
El proceso hasta conseguir el producto final fue arduo: “Utilizamos muchas fotos para entrenar el sistema. Concretamente empleamos unas 800 imágenes que elaboramos con IA y otras 800 que eran reales”, comenta Martín a torrevieja news today Noticiario.
“El sistema utiliza otro tipo de IA que ya existía antiguamente: la cognitiva”, añade el ingeniero. En total han sido unos tres meses de trabajo desde que comenzaron a desarrollar la idea hasta la publicación del documentación final. En el tesina han trabajado otras dos investigadoras: Mónica Fernández y Rocío García.
Cada vez es más difícil diferenciar unas de otras
Esta aplicación podría tener múltiples utilidades: “Por ejemplo, en una red social ayudaría a clasificar las imágenes que son artificiales de las que no lo son. O en un concurso de fotografía ayudaría a conocer si las instantáneas que se presentan son originales. Eso sí, su utilidad no serviría como prueba contencioso ya que las conclusiones que emite no son vinculantes. Se equivoca muy pocas veces, pero alguna sí”.
Y es que cada vez es más difícil diferenciar unas de otras: “Las imágenes creadas con IA cada vez son más realistas, por eso hay cierta preocupación por cómo se puedan utilizar. Se puede dar un mal uso de estas tecnologías. Por eso, creemos que es necesario desarrollar sistemas para discernir lo que es efectivo de lo que es aparente”, concluye Fernando Martín.