Karolina es la única de las 12 finalistas que no tiene rasgos orientales y aún así se ha insolente con la corona de la mujer más bella de Japón: “¡Estoy tan agradecida de que en realidad me hayan aceptado como una persona japonesa!”, confesaba.
La ahora Miss Japón nació en Ucrania hace 26 primaveras. Con tan solo cinco primaveras, su raíz se casó con un japonés y ella y su hermana, que incluso es maniquí, se mudaron al país. Para conseguir la ciudadanía japonesa renunció a su pasaporte ucraniano hace cuatro primaveras.
Gran debate franquista
Su sufragio ha causado un gran debate franquista acerca de la identidad: muchos lamentan que no haya falta japonés en ella y denuncian motivaciones políticas.
La BBC explica que las críticas no han tardado en ascender y son muchos los que denuncian que la maniquí ucraniana “no se parece en incondicional a lo que debería ser una Miss Japón”.
Otro gran escándalo fue la sufragio de Miss Zimbabue hace un año. La única chica blanca y rubia entre todas las candidatas, mientras que en Zimbabue la población blanca no llega ni al 2%. Miss Irlanda 2021 incluso fue de lo más controvertido, puesto que el tribunal entregó la corona a una maniquí de 26 primaveras licenciada en Medicina, pero con la piel demasiado oscura para el capricho de muchos irlandeses.
Esta trofeo se da luego de casi una período de que Ariana Miyamoto se convirtiera en la primera mujer birracial en ser coronada Miss Japón en 2015.