PREGUNTA: Entramos en la cuenta antes para las elecciones europeas en un contexto geopolítico tenso, ¿está la Unión Europea en el momento de anciano exigencia?
RESPUESTA: Sí, yo creo que este año hay dos elecciones que nos van a afectar directamente. Como europeos, las elecciones europeas, y, las otras, son las elecciones americanas, aunque en estas no votamos. El mundo es un sitio mucho más complicado ahora de lo que podíamos favor imaginado hace unos abriles por muchas razones: la eliminación en Ucrania, las consecuencias de la pandemia, ahora Oriente Medio… Efectivamente, no sabemos qué va a tener lugar con las elecciones en EEUU y todo eso, en el fondo, obliga a la UE a reforzarse todavía más, a poder proteger de forma eficaz a la ciudadanía europea, y, en el fondo, todo eso va a tener lugar por el resultado de las elecciones europeas y por la audacia que tomen los votantes europeos.
P: Da la sensación de que el mundo cambia a gran velocidad, ¿se “adapta” o se “transforma” la UE al mismo ritmo? ¿Cuáles son los principales retos?
R: Sí, la UE se transforma, yo diría, con asaz prontitud. Lo vimos, por ejemplo, cuando hubo que adaptarse a la salida de los británicos de la UE, es sostener, al Brexit. Lo vimos, sobre todo, durante la pandemia, porque la UE no tenía competencias en materia de Sanidad y acabó vacunando a 440 millones de europeos. Por otra parte, la UE nunca se había enfrentado a una eliminación en sus fronteras y lo ha está haciendo en este momento en el caso de Ucrania. Lo que pasa es que todavía va a tener que adaptarse más. Va a tener que adaptarse a la privación de reindustrializar la UE, de compatibilizar la protección del medio circunstancia con los intereses de los agricultores, de regular la inmigración de forma que podamos conjugar humanidad con seguridad… Hay muchas cosas que vienen estos próximos abriles e, insisto, esto va a someterse en muy buena parte del resultado de las elecciones europeas.
P: Estos días vemos las protestas de agricultores en varios países europeos. Cada país tiene sus reclamaciones específicas, pero incluso hay una causa global que tiene que ver con las políticas ecológicas de la UE. ¿Qué importancia tienen estas propuestas? ¿Preocupa que la ultraderecha pueda capitalizar el malestar del campo?
R: Todavía hoy, la parte más importante del presupuesto de la UE va destinado a la agricultura. Por mi parte, creo que si la agricultura europea ha podido desarrollarse estos últimos cuarenta o cincuenta abriles ha sido gracias a la política agrícola de la UE. Sin confiscación, es verdad que ahora estamos en una situación más compleja porque nos hemos cubo cuenta que tenemos que acelerar la lucha contra el cambio climático, y esto hay que hacerlo movilizando los medios financieros necesarios para evitar que las medidas de protección del medio circunstancia acaben repercutiendo negativamente en una parte de la sociedad o en la forma en la que la muchedumbre vive y se anhelo la vida. Es un firmeza en el que hay que trabajar los próximos abriles y, si es posible, con mayorías parlamentarias importantes.
P: ¿Hay aventura de que las fuerzas euroescépticas (conveniente al aumento de la extrema derecha en Europa) puedan montar a tener tanta fuerza en la próxima eurocámara como para paralizar las grandes decisiones europeístas en la próxima asamblea?
R: Lo veremos la oscuridad de las elecciones y en función de quién haya ido a sufragar o quién se haya quedado en su casa. Es verdad que hemos manido en estos últimos abriles un aumento de fuerzas en los extremos en varios países, tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda, o simplemente fuerzas antieuropeas que quieren renacionalizar la forma de funcionar de sus países. Las encuestas nos dicen que, a posteriori de las elecciones europeas, seguirá habiendo una mayoría de partidos proeuropeos, pero todo quedará en función de cómo vote la muchedumbre. Si hay aumentos importantes de fuerzas antieuropeas o de fuerzas simplemente populistas eso podría complicar las cosas. Pero, insisto, está en manos de los votantes.