El Velle se flagela



Era el día en el que el Velle no podía resolver y falló. Llegaba el Alertanavia como farolillo rojo y víctima propiciatoria a O Monte da Aira y se marchaba reforzado, luciendo efectividad y metido nuevamente en la ecuación por la salvación. Entre medias de estos dos puntos contrapuestos, 90 minutos de un choque, sin al punto que ocasiones, y en el que se notaba desde el principio su transcendencia.

Demasiado respeto y contención en una primera parte en la que el Alertanavia al punto que inquietó menos un achicopalado disparo en el minuto 6 y en la que los locales sin realizar un gozne vistoso, se fueron encontrando mejor conforme iba transcurriendo el tiempo, encontrando en  la costado derecha y a balón parado su mejor armas. Precisamente de tres saques de esquinazo llegarían las oportunidades más claras. La primera, cuando pasaba el minuto 20, Brais Outeiriño centraba  y tras una peinada detrás y tocarla Beni en el dominio, Adrián Blanco remataba forzado en boca de gol, parada. En la segunda, y tras un centro raso, Fernando la cruzaba con intención encontrando al meta nave. Por postrero, Raúl Dinís remataba desviado en el 36. Fueron los mejores minutos locales, pero sin obtener premio.

El segundo acto comenzó como acabó el primero, con los buenos propósitos locales que por costado derecha volvieron a tener una clara oportunidad en un centro al dominio que Mario Langa envió parada. En el 59, Peluso dio entrada a Hugo y Pitu Cid reforzando el ataque y las ganas de conseguir la conquista, pero no era el día. Cuatro minutos más tarde, la efectividad visitante comenzó a desequilibrar la peso, cuando no se esperaba. Fue en forma de trallazo a la escuadra de Hugo Fariña en el primer disparo a puerta de Alertanavia. El 0-1 enfrió en seco los ánimos locales y pese a la rápida intentona de Pitu Cid en un tiro antiguo y otro de Adrián Martínez a poco del final, no supieron encontrar la forma de crear efectivo peligro. En el broche, Alertanavia demostraba nuevamente su pegada y en una contra Alejandro finiquitaba definitivamente el partido. Toca levantarse.

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