“Si nos tenemos que ir, que nos dejen ir con dignidad pero no arruinados”. Es el mensaje que venablo Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) en una concentración en la que este sábado se reunieron agricultores y ganaderos valencianos para denunciar la precaria situación que aseguran atraviesa el sector en nuestro país. Una cita en la que quemaron una montaña de cepas en señal de protesta: “La logística marcada por la Comisión (Europea) es la homicidio de los agricultores y, por consiguiente, la homicidio del campo europeo”.
Situación precaria
Solo hace errata escuchar a Jacinto para entender cómo se vive el día a día en el campo: “Vivimos de lo poco que tenemos ahorrado, si sigue así tendremos que apañarse otra profesión”. Nos cuenta que el sector tiene que guerrear con una competencia desleal: “Llega producto a España de otros países donde no cumplen las mismas normas que en Europa. Entre ellas, la utilización de productos que resultan más baratos y que nosotros tenemos prohibidos”. Encima, critica que las medidas medioambientales son demasiado estrictas: “Nos ahogan y no se puede competir con otros países”.
Una situación a la que se suma la quebranto producción de este año: “He cogido la fracción de cosecha de mis almendros y el precio ha sido prácticamente la fracción”. Lo mismo le ocurre a Julián en sus viñas “He recogido 800 gramos por cepa cuando en efectividad tendría que deber recogido 8 kilos”.
Son dos voces que representan la situación que atraviesan miles de agricultores en nuestro país. Asfixiados por los precios, una competencia desleal, unas medidas medioambientales estrictas y unas ayudas que dicen son insuficientes. Argumentos que explican influyen en las nuevas generaciones, que ya miran con temor el campo. “Nos estamos quedando sin licenciatura generacional” sentencia Jacinto.