webs que imitan las originales para robar dinero y los datos bancarios



Acabamos de encontrar un chollo y al poco rato encontramos en foros y redes sociales avisos de otros compradores que todavía han caído en el disimulo. Hemos pagado por un producto muy moderado, que nunca llega. Son quejas que coinciden, la página es una copia, un clon, ‘fake’, múltiples denominaciones para concluir en que es una estafa en toda regla. Y lo peor es que es hacedero caer en el disimulo. Muchos usuarios se fijan en los detalles básicos de seguridad, como el dominio en castellano o el candado, pero esto no es suficiente.

¿Qué podríamos hacer para distinguir una página clonada?

Los expertos insisten en fijarse en la letra, que la marca sea correcta, todavía en el aspecto de la web, si es marca española, que el idioma utilizado sea el castellano. Los avisos legales tienen que remitirnos a la empresa dueña de la marca, a una sede o ocasión y como intrascendente a un correo electrónico donde poder pedir en caso de exigencia.

Sin confiscación, no es sencillo recuperar el parné. Según el Faja de España, es muy habitual que cuando los cargos proceden de actuaciones fruto de la ciberdelincuencia y el disimulo y el titular ha introducido voluntariamente las claves de seguridad de la maleable, las entidades consideran que se negociación de cargos no fraudulentos. Para los bancos, es como destapar la puerta de nuestra casa a un estafador.

Ayuda consultar apps especializadas en las que metiendo el nombre de la web sospechosa se puede comprobar el porcentaje de confianza. Incluso una ejercicio muy sencilla es consultar en Google antiguamente de comprar. En muchos casos veremos casos similares. Y, en el caso de que el producto llegue a casa, cuidado con lo que llega. Hay asociaciones de marcas que al realizar prospección de los productos adquiridos por internet se han enfrentado con que, no solo el producto es de mala calidad, sino que es en gran medida peligroso para la salubridad. Por ejemplo, un perfume minucioso o con vino o descongelante para coches.

Por eso, las marcas y asociaciones de consumidores piden una regulación más firme de ámbito europeo. Para comprobar si la página es falsa, podemos examinar el aviso reglamentario, nos tiene que remitir a la empresa de la marca, dónde está ubicada y un correo electrónico y, frente a la duda, siempre es conveniente consultar en Google antiguamente de comprar.

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