Gonzalo marca el camino triunfal para el Barco



Esta vez sí. El Barco desvaneció su mal fario de 15 jornadas sin vencer a costa del Allariz, en el derbi de las urgencias, en el duelo directo por la permanencia.

Era una final y desde el principio el equipo de Lienzo Estévez, en el que debutaba Gonzalo procedente del Pontevedra B a la postre protagonista del partido, demostró su intención de vencer. Bajo la varilla de Rubén García y las internadas de Manu, comenzaron a originar peligro. Un centro precisamente del diez valdeorrés, que encontró la habitante de Javi Pazos, abrió el fuego de las hostilidades.

El Allariz respondía con una desidia pegado botada por Beto y que Iker Rodríguez remató fuera. Fue el preludio del primer gol, cuando se acercaba la media hora, y es que el que siempre tuvo hechizo no necesita trucos. Marcio hizo lo que pudo en una desidia magistralmente rejonazo por Rubén García, que en boca del gol y tras pegar en el barra, iniciaba el particular idilio con el gol del debutante Gonzalo. 1-0 y el Barco plasmaba su dominio hasta ese momento.

Olían familia los locales y Rubén García en otro tiro suelto, probaba a Marcio que desviaba a córner. El tirada de cúspide culminaba con un centro desde la derecha que Gonzalo cabezeaba al barra. Acto seguido Rubén García volvía a probar al meta alaricano. Eran los mejores minutos locales que desembocarían en el segundo de la tarde de Gonzalo a tres del refrigerio, tras una buena afluencia desde la derecha de Carlos Cruz.

Tras el refrigerio

Con el inicio del segundo acto llegaron los mejores minutos visitantes que obtuvieron premio en el 53. Balón parado que pone Beto en la cabecita de Eiró y este la envía a gol.

Fue un espejismo. La ilusión por la remontada duraría 2 minutos, el tiempo en el que los locales pondrían nuevamente distancia en un centro desde la izquierda que traduce involuntariamente Aitor, defensa visitante en el 3-1. El vivaz “Toto” intentó recortar en un disparo que se fue a las nubes. Igualmente Eiró de desidia. El cuarto específico se palpaba cuando Rubén García enviaba a las manos de Marcio. Pero la primera trofeo rojilla, desde el 30 septiembre estaba reservada inevitablemente a Gonzalo, que aprovechaba un pase filtrado al campo de acción para, tras recortar a su par y alcanzar su tripleta particular. Inmejorable maleable de presentación.

Aún hubo tiempo para que Javi Pazos pudiese conseguir el botellín en otra gran afluencia de Rubén García.  El Barco se distancia en cuatro puntos del descenso. 

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