Doble conciencia


mislatala ciudad en la que justo Vera y Cayetana (4 y 8 años) perdieron la vida, ahora pretende ser un ejemplo de control y seguridad en eventos públicos. El mismo ayuntamiento que hizo caso omiso a las peligrosas instalaciones móviles de un vendedor ambulante sin papeles ni escrúpulos, ha convertido la plaza donde murieron las niñas en un recinto de feria para fiestas, con presencia policial, atención sanitaria y supervisión de todos los detalles que se pasaban por alto en la maldita feria que puso en riesgo la vida de miles de niños durante años, y que ni siquiera contaba con un mísero botiquín de primeros auxilios.

Esta repentina obsesión por la seguridad se podría entender si los más altos cargos de Mislata hubieran reaccionado ante la tragedia con humanidad, acusando a los showmans, pensando en dos familias rotas más que en las consecuencias para su carrera y poner patas arriba el ayuntamiento para depurar responsabilidades. Nada más lejos de la realidad. Alcalde, Fernández Bielsay su cuñado y concejal de fiestas, Tony Arenashaciendo gala una vez más de su doble conciencia montando en las fiestas populares de Mislata una máxima seguridad que nunca les preocupó, permitiendo que unos canallas que conocían bien se desbocaran en una feria que acabó matando a dos niñas inocentes.

El reparto de esta nueva película que ha reunido el alcalde (puro propaganda) Es ponerse a temblar. A nosotros indigno de. De un lado, el propio Bielsa, actor principal de cualquier acto organizado en Mislata, sea o no protagonista; Rodeado de los mandos de la Policía Local, el responsable de Políticas Públicas y concejal de Fiestas, Toni Arenas, el mismo que gritando como cobardes y volviéndose loco señaló a quienes con su voto impidieron que su cuñado- ley de presidir el Consejo Provincial, recordándoles que la conciencia les acompañará hasta la muerte; y a la derecha del alcalde, José María Ángel Batalla, director general de Emergencias, exalcalde de L’Eliana y vecino del ‘Terremoto’ (jefe de los paraderos investigados por los juzgados en el caso de los hinchables).

La distribución no termina ahí. Como invitada de excepción, Bielsa llevó a la delegada del Gobierno en la Comunidad, Pilar Bernabé. Y nos preguntamos… ¿debería ser noticia la seguridad de algunos eventos populares? ¿Es habitual este despliegue en la presentación de las fiestas de un pueblo? ¿Dónde estaban todas esas autoridades cuando Vera fue arrojada al aire desde un inflable sin celebrar en una feria mal ubicada y fuera de control por el Ayuntamiento de Mislata? ¿Qué hizo el señor Ángel Batalla desde Emergencias para retirar el escrito en el que dice que los inflables no son peligrosos y obliga a los ayuntamientos a revisar su instalación? que hizo el Gobierno de España o el autónomo revisar la normativa y echar mano a un sector como el de las ferias callejeras que, lamentablemente hemos descubierto, nos produce verdadero pánico? ‘Conciencia vendo, que para mí no tengo’.

La imagen que nos disgusta muestra a todos plantados en pleno recinto ferial de Mislata, con el alcalde y el director general de Emergencias en el centro, demostrando que, entre otras cosas, tienen en común la obsesión por salir en la foto. Pero no es lo peor vanidad y el afán de liderazgo, sino tener los ‘cojones’ para decir en público que ellos mismos han revisado personalmente las instalaciones. Ni siquiera en un caso como este se habla de los técnicos y especialistas que deben realizar este tipo de trabajos, con los que no se contó en ningún momento para garantizar la seguridad de la feria en la que perdimos a nuestra pequeña la víspera de los magos Reyes Magos.

Los medios se hacen eco de la grandeza del recinto ferial de Mislata, el mismo donde Vera murió desangrada, donde ahora se baila, ríe y bebe celebrando la vida. Es curioso que consideren la seguridad que les vendió un alcalde que ignoró una feria en la que estaban en juego la vida de niños, en lo que se conoce como ciudad del infancia.

Poco tenemos que decir de los habitantes de Mislata. Es comprensible que aplaudan las teóricas mejoras en su municipio. No queremos homenajes, ni lugares con el nombre de nuestra hija, sólo respeto y empatía. Y claro, no entendemos cómo ese terreno en el que el ayuntamiento no permitió que se perforaran agujeros para sujetar los hinchables, sirva ahora para construir cualquier infraestructura que el alcalde decida exhibir en su recinto ferial.

Desde que hablamos de concienciaque no ha sido demostrado por exhibidores que intentó limpiar la sangre de Vera para ocultar sus miserias o el ayuntamiento que ha convertido el último lugar que pisó nuestra pequeña en un templo de la fiesta, apelamos de nuevo a la Justicia. Pedimos a la Fiscalía y a los distintos jueces que han participado en la Investigación que intenten imaginar por un momento el infierno en el que viven dos familias que sólo cometieron un error: visitar la feria de unos mafiosos protegidos por un ayuntamiento que ignoraba las medidas de seguridad. del que ahora se jacta.

En nuestro caso, dos hijos adolescentes no comprenden que los responsables de la muerte de su hermana no han pagado su culpa veinte meses después de la pesadilla que vivieron. Siempre os hemos dicho que hay que rebelarse contra las injusticias, y qué mayor injusticia que vas a pasar un día en familia a una feria y vuelves a casa sin tu hermana pequeña, para siempre. El policia nacional y los sucesivos informes de los técnicos independientes coinciden en la cadena de irregularidadestanto del recinto ferial como del ayuntamiento, que provocado el tragedia. Por favor haz tu trabajo ahora y ayúdanos. responsabilidades de depuración. Es nuestra última oportunidad de aferrarnos a la vida que nos queda, una que no hemos elegido.

entender el daño lo que nos hacen esos seres inhumanos que han antepuesto su proyección personal a ponerse del lado de las familias y acompañarlas en su duelo. La sangre de Vera que limpió el recinto ferial es la misma que Bielsa y Arenas han escondido bajo la capa de cemento del recinto ferial de Mislata, donde la memoria de Vera y Cayetana ha sido borrada con música y jolgorio. Eso sí, con la seguridad que nunca le ha importado al príncipe cobarde, el alcalde. Ésta es la doble conciencia de algunos, o quizás la miseria del ser humano.

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