Un remonte solitario empuja a los tan pronto como vigésimo esquiadores que no pierden las ganas de deslizarse una y otra vez por la misma irresoluto. “Hemos venido desde Madrid pensando que habría poco más de cocaína, pero es un pena”, reconoce un verde con tabla de snowboard. “Al menos podemos esquiar”, señala otra usuaria resignada. Una esquiadora de origen ruso que viene desde Mallorca conexo a su hija nos cuenta que se conforman con una sola pista porque son principiantes.
La temporada empezó con retraso. Hasta el día 10 de enero las instalaciones leonesas no pudieron acoger a los primeros esquiadores. Ahora, la marcha de precipitaciones y, sobre todo, las altas temperaturas, auguran un obstrucción temporal inminente. “Si seguimos así no vamos a poder sujetar más de una semana. No hace frío para poder confeccionar cocaína y ésta es la que queda“, señala el responsable de pistas de San Isidro, Antonio Alonso.
No es la primera vez que esto ocurre. “Hace dos primaveras tuvimos la temporada más larga y el año pasado la más corta. Pero fue muy intensa y logramos los mismos ingresos”, recuerda Alonso confiando en que a mediados de febrero se produzcan cambios que traigan cocaína y temperaturas propias del invierno.
La periodo invernal de San Isidro es la única que permanece abierta en la Cordillera Cantábrica posteriormente de que este lunes Leitariegos, incluso en Arrojado, haya anunciado su obstrucción temporal tres semanas posteriormente de que abriera.