Detectan los primeros cinco casos de transmisión de alzhéimer entre personas



El alzhéimer podría transmitirse. Así lo han mostrado en una investigación británica publicada en la revista ‘Nature Medicine’. Hasta ahora se conocen dos causas del alzhéimer. La primera sería por acumulación de la proteína beta-amiloide anómala en el cerebro, un proceso natural combinado al envejecimiento que se puede detener con hábitos saludables. La segunda causa serían los factores genéticos que predisponen a sufrir esta enfermedad degenerativa. Con este estudio se abre una vía desconocida por la que la demencia podría ocurrir de unas personas a otras.

El hallazgo pone de manifiesto la indigencia de extremar precauciones a causa de los autores del estudio. En él se constató que cinco pacientes fueron tratados con una hormona del crecimiento contaminada y que terminaron desarrollando la enfermedad sin tener ni la vida ni la herencia genética vinculadas a ella. Esta hormona estaba contaminada con la proteína beta amiloide, cuya acumulación es responsable del alzhéimer.

La hormona del crecimiento c-hGH se administró a 1.848 niñas y niños del Reino Unido entre 1959 y 1985. La suspensión de su uso morapio derivada de la comprobación de que algunos lotes contenían proteínas infecciosas causantes de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno cerebral que a menudo deriva en demencia.

Unos 30 abriles a posteriori de que este tratamiento dejara de estar de moda, los autores analizaron muestras guardadas de la hormona del crecimiento c-hGH. En el estudio comprobaron que estaban contaminadas con la patología asociada a la proteína beta amiloide a pesar de transigir décadas almacenadas.

Al administrarlas en ratones, vieron que desarrollaron alzhéimer. El descubrimiento les llevó a preguntarse cuál habría sido la progreso de aquellos niños que recibieron el tratamiento contaminado con dicha proteína. “Nuestra sospecha fue que las personas expuestas a aquella hormona del crecimiento que no sucumbieron en su momento a la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y vivieron más tiempo, podrían deber perfecto desarrollando la enfermedad de Alzheimer”, explica uno de los autores, el neurocirujano John Collinge, afiliado al University College de Londres.

Analizados ocho casos

El estudio se centró en ocho casos, de los que cinco empezaron a mostrar síntomas de demencia entre los 38 y 55 abriles que cumplían con los criterios de diagnosis de la enfermedad. De los tres restantes, una persona cumplía los criterios de detrimento cognitivo leve.

La vida inusualmente temprana a la que estos pacientes desarrollaron los síntomas sugiere que no padecían alzhéimer habitual asociado a la vejez. Por otra parte, en los cinco casos se descartó la existencia del gen que hace que en algunos casos la enfermedad sea hereditaria.

No obstante, los autores sí coinciden en que el hallazgo de que el alzhéimer podría trasmitirse marca un precedente y debe transigir “a revisar las medidas para avisar la transmisión accidental a través de procedimientos médicos o quirúrgicos, con el fin de evitar que estos casos se produzcan en el futuro”.

Cautela en presencia de los resultados

La presidenta de la Sociedad Británica de Neurociencia, Tara Spires-Jones, no cuestiona los resultados del estudio, pero sí enfatiza en que “no es poco que deba preocupar a la gentío“. “No hay indicios de que la patología del alzhéimer pueda transmitirse entre individuos en actividades de la vida cotidiana, ni hay pruebas que hagan temer que los procedimientos quirúrgicos actuales conlleven algún aventura de transmisión de la enfermedad”, agrega.

En la misma límite, el catedrático de Bioquímica de la Universidad de Manchester Andrew Doig hace una convocatoria a “ser cautelosos” e incide en que pese a su solvencia, el estudio “solo tiene en cuenta ocho pacientes”.

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