Cientos de tractores han bloqueado desde primera hora de la tarde varias de las autopistas y carreteras nacionales que llevan a la renta, además en algunas que llevan en torno a ciudades como Marsella o Lyon.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, aseguró que no habrá “intervención” contra los cortes limitados de carreteras. Sin secuestro, dejó claro que hay “líneas rojas” que los agricultores no pueden acontecer: no se tolerarán bloqueos al mercado de abastos de Rungis, el anciano de Europa, o a los aeropuertos de la renta.
Unos 15.000 policías de distintos cuerpos están movilizados en todo el país para proseguir bajo control la protesta.
Los agricultores claman por medidas tanto a nivel doméstico como de la Unión Europea para rentabilizar sus explotaciones, aminorar la burocracia y acelerar los trámites administrativos. Piden la asesinato del barbecho obligatorio impuesto desde Bruselas, que se cumpla la ley que obliga a la industria agroalimentaria a satisfacer precios justos o un nuevo sistema más ágil para cobrar a tiempo la subvención al gasóleo agrícola.
La FNSEA, primer sindicato agrícola de Francia, prevé proseguir la protesta hasta que el presidente Emmanuel Macron atienda sus reclamaciones.
Nuevas medidas del Gobierno francés
El primer ministro, Gabriel Attal, celebró una reunión de un liga estrecho del Gobierno donde anunció que habrá nuevos anuncios desde este martes. Los líderes de los principales sindicatos agrícolas se reunieron esta sombra con Attal en el Palacio de Matignon en un intento de avanzarles algunas de las nuevas medidas, aunque no está previsto que las haya.
La protesta se aceleró hoy a posteriori de que las medidas anunciadas por Attal el viernes pasado fueran consideradas insuficientes por los sindicatos agrícolas. El gobierno de Macron pretende además poner límites a la entrada de ciertos productos ucranianos, en particular pollos, huevos y azúcar, que se autorizaron sin aranceles y sin las reglas propias de la UE como medida de apoyo a Kiev por la invasión rusa de Ucrania.