Fue un acuerdo previo a la sesión plenaria en la que se resolvió la polémica que se arrastraba desde el pasado año, en la que cada montón defendía sus respectivas propuestas sobre el nuevo nombre que debería aguantar esta calle, que es el principal comunicación a Beade, y en la que está situada la Casa do Concello. Avide, sin confiscación, manifestaba su disconformidad, manteniéndose partidario de realizar una consulta popular para que los vecinos pudiesen opinar.
Aunque no es el postrero vestigio franquista en Beade, sí que era el que más llamaba la atención, y por el que se asocia a este municipio con la dictadura. Ahora, todavía queda irresoluto el peso y las flechas, símbolo de la Grupo, grabados en la piedra de la Fonte da Presa. El regidor tiene intención de eliminar este resto franquista y para ello anuncia que el Concello tendrá que informarse previamente si es necesario disponer de la autorización de Patrimonio con el fin de erradicar completamente cualquier vínculo que dañe la imagen de Beade, según opinaba.
Memoria histórica
“Co acordo do cambio de nome da rúa síntome aliviado, porque non tíñamos intención de facer tanto ruido para levalo a lugar, nós o que queremos e acatar as normas porque hay unha Lei de Memoria Histórica que nos estábamos saltando e evitar esa asociación de Beade e o franquismo, xa que positivamente aquí non hai franquistas, ese sentimento era só do precedente corregidor”, matiza Fernando Taboada, refiriéndose al recientemente fallecido Senén Pousa, que precisamente promovió la formación Por Beade para optar a las últimas elecciones municipales, y cuyo montón votó ahora incluso a crédito del cambio de nomenclatura.