“Teníamos un convenio verbal y habíamos pactado las comisiones”, defendió el destacado, que solo quiso contestar a las preguntas de su erudito e hizo hincapié en que estuvo ingresado “ocho meses posteriormente” de lo sucedido y tiene “algunas lagunas”.
Por su parte, la hija, que ejerce la delación particular, relató que conocía al abogado previamente y tenían buena relación. Negó que pactasen precios “ni por verbal ni por escrito”. “No tengo recibos de las costas porque se los pedí por activa y por pasiva. Yo quería entender cuanto gastaba y mi raíz quería verlos, pero me decía ‘somos como de la comunidad”, manifestó.
La mujer dijo que llegó a entregarle al abogado “un sobre pequeño adentro de un sobre vasto envuelto en celo”, que le dijo que dejase en una sala al fondo del Colegio de Abogados.