FAES acusa a Urkullu de ir más allá de Ibarretxe al proponer un plan que «fabrica españoles de primera y de segunda»


La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que preside el expresidente del Gobierno, José María Aznarha publicado un extenso editorial sobre el plan del lendakari Iñigo Urkulluen el que acusa al jefe del Gobierno Vasco de intentar ir incluso más allá de Juan José Ibarretxe con su famoso plan de hace dos décadas, que quedó frenado en el Congreso de los Diputados con el acuerdo del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y el Partido Popular (PP), entonces liderado por Mariano Rajoy. Además, FAES se dirige expresamente al “socialismo español” para interrogarles sobre “si durante la campaña sembraron miedo hacia quienes podrían hacer retroceder al país cuarenta años, ahora los socialistas tendrán que decirnos por qué ven una propuesta así”. legítimo’ te retrotrae más de tres siglos”.

El extenso análisis del plan propuesto por Urkullu en un artículo de ‘El País’, que tuvo inmediata réplica en torrevieja news today de uno de los barones territoriales del PP, el nuevo presidente de Aragón, Jorge Azcóndesestima sus premisas como falsas y como “fraudulento” el procedimiento propuesto, el de una “convención constitucional” para que las comunidades consideradas históricas, las País Vasco, Cataluña y Galicia (Urkullu añade también Navarra) tienen mayores cuotas de autogobierno que el resto, poniendo en solfa, como dice expresamente el lendakari, el ‘café para todos’ acuñado por el Gobierno de Adolfo Suárez en la Transición.

En definitiva: el pasado imaginario que se invoca es falso, el diagnóstico del presente constitucional que se denuncia es falso y el procedimiento para avanzar hacia ese horizonte confederal y plurinacional es fraudulento. Porque se basa en premisas que desconocen ‘in toto’ la Constitución: la soberanía compartida se da por sentada y se basa en la existencia de derechos históricos, según la conocida interpretación nacionalista de la Disposición Adicional Primera de la Constitución y de la Adicional Única. Disposición del Estatuto» argumenta La editorial.

Desde las primeras líneas, FAES deja claro su planteamiento: «El lendakari Urkullu ha vinculado una hipotética investidura de Pedro Sánchez a un fraude constitucional masivo”. Y añade que su artículo “anticipa el precio a pagar”. Un precio sin precedentes, dado que “si el ‘plan Ibarretxe’ fabricó vascos de primera y vascos de segunda, al diferenciar entre ‘ciudadanos’ y ‘nacionales’, el ‘plan Urkullu’ es más ambicioso: fabrica españoles de primera y españoles de segunda.” en segundo lugar, distinguiendo dos tipos de comunidades –las ‘nacionales’ y las otras– y articulando un marco de relaciones bilaterales entre ellas y el poder central, además de su ‘capacidad de decidir’, máscara habitual de autodeterminación, la ejercicio del cual -aparentando buena disposición- se dice querer pactar con el ‘Estado’»

Para la Fundación fundada por Aznar en 1989, «los nacionalistas vascos quieren extender su influencia hasta el punto de ofrecer modelos constitucionales alternativos. En el acuerdo entre la izquierda y los nacionalistas, el PNV afirma tener la fórmula menos estruendosa para hacer trizas el Estado constitucional. Cuando en un país este tipo de cuestiones son las que configuran el marco negociador en un proceso de investidura es que se ha llegado a un punto de no retorno», concluye.

El Antiguo Régimen y la “mayoría del progreso”

Tras referirse a los planteamientos de Urkullu que se remontan al siglo XVIII para justificar su defensa de un país “plurinacional”. FAES se pregunta sarcásticamente si «liquidados los presupuestos de todos los Estados de derecho desde la Revolución Francesa, también es posible preguntar desde aquí si La nostalgia del Antiguo Régimen Es una credencial recomendable para formar parte de una ‘mayoría de progreso'”.

El texto refuta la idea expresada por Urkullu de que en nuestro país la descentralización política y administrativa, articulada en torno al Estado de las Autonomías, ha sido escasa o insuficiente, y lo hace con una extensa exposición de datos, partiendo de una premisa, en la que alude a lo ocurrido en Cataluña en 2017: «Tras la consumación de un golpe de Estado perpetrado por una autoridad autonómica, las dificultades del modelo, que no obedece a ninguna ‘recentralización’, y la lástima por nuestra historia reciente ya son innegables, no se puede transformar en ceguera voluntaria; si quieres retocar el modelo, tienes que partir de ciertos datos».

Y entre esos datos, FAES recuerda que “las comunidades autónomas ocupan aproximadamente el 40% del gasto público (el 60% si incluimos las entidades locales): más que otros modelos europeos descentralizados como el Alemania, Austria o Italia. La administración autonómica triplica la función pública estatal central. La tesis central del artículo es que, lejos de existir una práctica de inercia o recentralización, como denuncia el jefe del Ejecutivo vitoriano, “a lo largo de estos 45 años la complejidad del reparto de competencias (no precisamente aclarada por numerosas sentencias interpretativas) del TC) ha dado lugar a la cronificación del conflicto institucional, la inseguridad jurídica y la desigualdad material de derechos entre los españoles en función de su territorio de residencia».

Un proceso que para la Fundación tiene su origen en las reformas estatutarias de segunda generación impulsadas por el primer Gobierno de Zapatero, que acaban “desestabilizando” el sistema. Aunque al margen de ello, FAES también concluye que «el nacionalismo catalán y el vasco llevan años dando por caducado el modelo constitucional y lanzando debates sobre su superación. El modelo se ha mantenido a base de acuerdos sucesivos, pero nunca concluyentes: cada nuevo acuerdo ha resultado un nuevo paso», concluye.

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