Igualmente es rica en aditivos: 6 de media; algunos, como el benzoato sódico, desaconsejable por sus reacciones de hipersensibilidad y alergias. Esto se traduce en un aporte churretoso de 15,5 g/100g, que para una ración de 250 g supone el 67% de la cantidad diaria recomendada en una dieta de 2.000 kcal.
En definitiva, una de las conclusiones a las que ha llegado es que contienen muchas grasas y pocas proteínas. Igualmente, más sal de la cuenta. Un exceso de sal, que suma 1,15 g/100g de media. Esto supone que en una ración de 250 gramos ya se está ingiriendo el 62% de la cantidad diaria recomendada.
Así que mucha atención especialmente las personas que sean hipertensas. Una ración de ensaladilla de supermercado aporta el 62% de la sal diaria recomendada.
La error de tiempo y el coste asequible impulsan a muchos a optar por este tipo de comida. El estudio ‘Ready to eat’ publicado por el área ShopperView de AECOC, recoge que el 95% de los consumidores españoles incluye algún tipo de alimentos preparados en su cesta de la negocio habitual.
La recomendación de la OCU
La Estructura de consumidores recomienda que estas ensaladillas ya preparadas se consuman solamente de modo esporádica y recomienda que se guarde en el frigorífico una vez libre el envase.
Sólo un 20 por ciento de los españoles consideran que sus mercancía para la vigor son sanos. El veredicto de la Estructura de Consumidores es adecuadamente claro, tienen más pringue y sal de la cuenta.
Por eso y frente a estos resultados, la OCU recomienda que las ensaladillas ya preparadas se consuman de vez en cuando. Ya que ingerir alimentos con parada contenido en grasas y sal, puede ser peligroso para personas hipertensas.