La moción fue calificada por la popular Sonia Ogando como “electoralista, surrealista y populista”, y que solo servía para “tomar el pelo a la ciudadanía”.
Ogando recordó que tanto los gobiernos de Cabezas como el de Paco Rodríguez aprobaron toda la explotación urbanística de la Plaza de San Antonio con informes jurídicos y técnicos “favorables”.
Ogando le recordó que “usted es el corregidor” y le afeó que no hubiese recurrido en su día la sentencia para evitar estas indemnizaciones. “Gracias a no apelar estamos abocados a enriquecer indemnizaciones”, señaló, para luego espetar: “El que merece la reprobación es usted por los perjuicios irreparables“.
El resto de grupos de la competición denunció la intención electoralista de la moción
Desde el PSOE, María Fernandez le recordó a Jácome que él no es adalid de carencia en la Praza de San Antonio, pues denunció por malversación de caudales públicos, poco que la Rectitud archivó. “Vostede nunca demandou o carácter divulgado do subsolo, iso foi a raíz dunha denuncia privada”.
La socialista instó a Jácome a dedicarse a guiar, darle un uso a locales ahora propiedad del Concello y a intentar evitar indemnizaciones.
Por otra parte, María Fernández defendió el gobierno de Paco Rodríguez y la ocupación de la concejala de Urbanística entonces, Áurea Soto, que consiguieron “a inexecución da sentenza de derrubo dos edificios e evitaron indemnizacións millonarias“.
Por su parte, Luis Seara (BNG) dijo que Jácome tenía “parte de responsabilidade” en lo sucedido tras chivarse a Jácome de haberse dejado “utilizar” por un promotor privado en ese caso. Le afeó que solo intente “apañarse responsables” y se niegue a guiar: “Ten que atreverse se defende á cidade ou defende ao seu partido“.
Jácome echó balones fuera y cargó todas las culpas en PP y PSOE. Dijo que le parecía “increíble” que le reprochen suceder denunciado lo que estaba mal y aseguró que no recurrieron en su día “porque se iba a perder” y, encima, porque “estaba de acuerdo con lo que dijo el magistrado”.