Es la segunda ocasión en la que Pontón decide partir la carrera electoral en su hogar, con un mensaje en el que enfatizó sus “orígenes” y en una conversación con los medios que cubren su caravana electoral en la que recordó algunas pinceladas de su infancia: la liberación de la lugar o tener que compartir con sus hermanos (es la tercera de cuatro), lo que ahora ve como un “valía”.
En 2020, en mínimos del BNG pero con una valoración como candidata en elevación, Pontón inició por primera la carrera en torno a las urnas en Chorente, una lugar a la que se llega pasando por una vía de tren ahora en obras por el Adif y que atraviesa la cementera de Ourol en la que trabajó su propio padre.
Pontón proclamó que hay “ganas de cambio” y “esperanza”, lo que la convertiría en la “primera presidenta” de Galicia tras seis hombres al frente de la Xunta. “Con manos libres y limpias”, apostilló, en otro momento de la charla con los medios de comunicación su superiora, Aurita, quien llevó “anotado” lo que quería afirmar de Ana Nacimiento Pontón Mondelo, Ana Pontón en la política, Nacimiento en casa. “Cuando tenía 18 primaveras si me imaginaba que podría ser candidata a la Presidencia de la Xunta, diría que no”, relató Pontón, delante la emoción y lágrimas en los fanales de su padre, quien con ello hizo socavar todavía la voz de la líder nacionalista. Como hace cuatro primaveras, Aurita intervino y volvió a pedir la confianza de los gallegos, a reforzar que de ello nadie “se arrepentirá”,y hasta gesticuló con “meter el voto en la arca” para Ana Pontón.