Las restricciones de agua comienzan a afectar a los negocios



Cristian ha empezado a cambiar algunos hábitos en su peluquería de Barcelona. Por ejemplo, a la hora de poner lavadoras. Asegura que “de 4 o 5 que podíamos poner al día, ahora estamos haciendo 2 o 3“. Igualmente ha instalado mecanismos para no desperdiciar agua: “Reguladores en el basura cabezas, se ponen unos topes para que no puedas arribar a caliente del todo, se gasta congruo menos agua”.

Los hoteles temen no poder ofrecer el servicio de piscina cuando llegue la temporada. Esto puede suponer un gran problema para el sector. “No tenemos un depósito solo para la piscina ni podemos coger el agua de mar”, cuenta Elena Afabilidad, responsable de calidad del Gran Hotel Havana, en Barcelona.

Algunos centros deportivos se ajustan reduciendo el consumo total de agua. A partir del lunes, solo funcionará una ducha de cada cuatro. “Exclusivamente se podrán duchar en los partidos federados”, afirma Alex Madrón, coordinador de un centro deportivo en Barcelona.

En la pescadería de Valle de Abdajalís, en Málaga, las restricciones les obligan a cambiar su rutina. Abren y cierran antaño de los previsto para adaptarse a la situación. El propietario nos cuenta que “tienes que satisfacer cubetas o tiene que traer agua de fuera, es complicado”.

En la hostelería llenan ollas, cocinan a primera hora, friegan como pueden. La propietaria de uno de los bares asegura que “solo estamos abriendo los fines de semana porque es casi posible trabajar de guisa ordinario”.

Negocios que tratan de sobrevivir, hasta que todo vuelva a fluir con normalidad.

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