Ya se dejaron ver incluso los primeros disfraces de un Entroido que en la provincia ya se vive y en la ciudad comienza a dejar su huella. Asimismo hubo tiempo para el coreografía de las y los jóvenes de las Escolas del Pazo. Y no se quisieron perder el espectáculo (quizá no tan brillante como en otras ocasiones) Aspanas, ADO, Cruz Vermella Ourense, Teranga (Fundación Juan Soñador), Provivenda, Residencia Os Milagros y el Club Athlos de bádminton, unidos por el campo de acción social del COB en un partido que tuvo una dedicatoria particular para la lucha contra el racismo.
No pudo ocurrir celebración posteriormente de 40 minutos de bisagra. Esta vez el COB no estuvo tan fino como su multitud. Un tropiezo que buscará ser subsanado fuera del hogar. Porque el Pazo seguirá ahí, con su apoyo incondicional aunque a veces se abandone con el ceño fruncido y sin ganas de charlar.