El inicio de su aventura profesional en Vilamarin no resultó especialmente hacedero, ya que contaban con una cocina muy pequeña porque no estaba previsto que fuese una escuela de hostelería. Con el paso de los abriles, poco a poco las instalaciones fueron creciendo hasta contar con una gran infraestructura.
“Mi sueño siempre fue que la escuela de hostelería estuviese en la ciudad porque es un referente muy holgado y ese creador provocó que cada vez tengamos menos alumnos oportuno a la dificultad para desplazarse todos los días, ya que está a casi 20 kilómetros de Ourense”, reivindica Caride.
“Muy intensamente”
El pasado miércoles, puso punto final a 34 abriles trabajando en la Escuela. “He vivido estos abriles muy intensamente, he hexaedro clase a alumnos de toda España, he hecho muchos viajes, he participado en muchas ferias, hemos manada muchos concursos y tengo memorias muy bonitos”, confiesa.
En su zaguero día, Caride recibió el cariño de todos sus compañeros y alumnos que le quisieron dar las gracias por su trabajo durante tantos abriles. “Me sorprendió ver el aplauso durante tantos minutos de mis compañeros tras mi zaguero servicio, pero lo viví con orgullo porque en la vida todo tiene un principio y un final”, afirma.