La escasez de oferta encarece los alquileres de habitaciones en Ourense



Las dificultades que atraviesan los ourensanos en indagación de una vivienda en locación se complican aún más este año. Un crónica de la Alianza Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) refleja que las habitaciones en la ciudad se encarecen. Hacerse con una estancia para radicar en Ourense ya cuesta, de media, 325 euros, por encima de los 300 euros que se requerían en 2023. Y es que la ya corta propuesta ha decrecido todavía más. Mientras el año pasado había unas 50 habitaciones disponibles en la ciudad, en este examen solo existen aproximadamente de 40.

Según este crónica, solo es más caro traspasar una habitación en A Coruña (350 euros) y Vigo (400 euros). En Pontevedra, cuesta lo mismo que en Ourense. Por el contrario, los propietarios piden 220 euros de media en Ferrol, 260 euros en Lugo y 320 euros en Santiago, lo que deja la caudal autonómica como una metrópoli más permuta para arrendar una estancia.

Los datos que maneja Fegein muestran que en la provincia existen unas 52 habitaciones disponibles, ocho menos que las 60 existentes en 2023, por un precio medio de 275 euros. En este caso, la subida del precio es de hasta 75 euros. Esto se enmarca en una subida generalizada de los costes del locación de pisos compartidos en Galicia que no tiene visos de detenerse: desde Fegein estiman que los precios pueden incrementarse un 10% a lo liberal de este examen.

Encima, la liga analiza el precio y el estado de las viviendas ofertadas en locación. En la provincia, el 10% de los inmuebles en comercialización superan los 1.000 euros mensuales, mientras que el 20% “no están o en un estado magnífico o su enseres es deficiente”. En la ciudad, incluso el 10% superan los 1.000 euros de renta y el 14% están en condiciones dudosas. “Los problemas de humedades o aislamientos térmicos y acústicos se dan en un 16%”, añaden, en un mercado en el que el precio medio es de 6,8 euros por patrón cuadrado a posteriori de un encarecimiento interanual del 6,7%.

De acuerdo con Fegein, el locación de habitaciones en pisos compartidos “está cogiendo mucha fuerza en nuestra comunidad” oportuno al “elevado precio” y la “propuesta menguante” de las viviendas en arrendamiento. El descomposición de Fegein contempla un perfil de “persona verde de entre 18 y 40 primaveras” que “no puede hacerle frente” a la renta mensual con sus ingresos. “El locación de habitaciones es ya harto popular, especialmente entre los jóvenes que se quieren independizar pero no disponen del cuartos suficiente para hacerlo en una vivienda individual”.

Respecto a la escasez de propuesta de vivienda en locación, Fegein apunta a la “desconfianza absoluta de los propietarios en dirección a la ley estatal de vivienda”, la derivación de inmuebles a la creación de establecimientos vacacionales, la desidia de “incentivos y bonificaciones fiscales” a los propietarios y la “inseguridad jurídica”, entre otros factores.

En todo caso, el presidente de Fegein, Benito Iglesias, valora los pisos compartidos como “una alternativa” para quienes no pueden afrontar el suscripción de alquileres. “No es tratable radicar en un calle compartido”, matiza, ayer de instar a analizar diversos aspectos como la admisión de mascotas, la admisión de visitas o la establecimiento de gastos comunes y la castidad de los espacios. “A la hora de traspasar una habitación”, dice Iglesias, “es muy importante prestar atención a qué es lo que efectivamente se alquila y durante cuánto tiempo para evitar problemas futuros”. Por ello, marca como “aconsejable” que el arreglo sea lo más específico posible sobre estas variables.

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