¡Qué pena me da! Se acabaron los encierros de San Sebastián de los Reyes


siempre es dificil decir adiós cuando nos despedimos de algo o alguien que nos gusta. Esos finales suelen ser los comienzo de melancolía y también de añoranza. Sólo la esperanza de volver o las ganas de descansar pueden endulzar la decepción de cerrar unos días muy intensos en los que la diversión se mezcla con la emoción.

En San Sebastián de los reyes, se despiden con las peñas cantando ‘que pena me da’. Esa canción a la que le da voz. Pedro María Rivera, el cazacohetes que, desde los años 80, avisa cada mañana a la ciudad de que hay toros en las calles. La canción une en el tristezapero también sirve para unirnos en el convencimiento de que el año que viene podremos volver a sentir lo que hemos vivido estos días.

El Las fiestas no son sólo encierros., pero se basan mucho en el confinamiento. Termina una semana en la que esto celebración popular ha situado a la ciudad madrileña en el centro de todos fiestas.

En mi caso, he estado transmitiendo el encierros de San Sebastián de los Reyes sin interrupción. Y cada vez que lo hago, las cosas me siguen sorprendiendo. El partido cambia de manos, los mayores dan la alternativa a los jóvenes, y los Los niños se acercan a sus padres y abuelos. ver el encierro desde una talanquera o desde el graderío. La condición física y la preparación se imponen y, sin embargo, la base de la tradición permanece intacta. Se basa en el respeto a la tradición y a las reglas del espectáculo por encima de todo. Sólo entonces es el éxito.

No existen fórmulas milagrosas, pero sí mucho trabajo previo. Luego viene el dedicación y desvelo y cuando todo termina llega el momento de analizar. A partir de mañana, la organización comenzará a buscar el los toros del próximo año y pulir los desajustes de este año para mejorarlos el próximo. El corredores Estudiarán su posición, su carrerassu errores y es golpes para intentar disfrutar más del peligro el año que viene. Y también haremos balance de nuestro trabajo para intentar ser mejores el año que viene. aspiramos a transmitir con mayor precisión los millones de matices que nos deja un confinamiento e incorporar las novedades que nos permitan perfeccionar nuestro trabajo.

Hoy cantaremos ‘qué lástima me da’, pero con la cabeza ya puesta en el año que viene. es que el espero volvervencer la melancolía.

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