El agro ourensano se planta en plena ciudad


Cerca de de un centenar de vehículos agrícolas procedentes de varios puntos de la provincia marchó en dirección a la ciudad clamando por la situación del campo ourensano. Agricultores y ganaderos procedentes fundamentalmente de las comarcas de A Limia, Maceda y Caldelas tomaron las calles del centro a lo dilatado de la excursión. El tráfico urbano colapsó con cortes en las principales arterias. De este modo, las protestas a nivel europeo del sector primario se contagiaron a la provincia con una tractorada que acabó paralizando el día a día de la renta.

Entrada la mañana, los tractores ocuparon los accesos a los polígonos industriales de Pereiro y San Cibrao, obstaculizando e incluso impidiendo la circulación. Desde allí continuaron su itinerario hasta entrar en la ciudad, llegando al parque de San Lázaro rodeando de las 13,30 horas. Los vehículos agrícolas tomaron Xoán XXIII y el entorno de la Subdelegación. Poco a poco, los agricultores y ganaderos se agruparon frente a la Subdelegación del Gobierno.

Las proclamas contra las diversas administraciones se sucedieron entre el ruido de cencerros y bocinas. Especialmente, contra la Unión Europea. Una ganadera de ovino de Maceda, Pilar Suárez, fue la encargada de repasar un manifiesto que culminó con los vítores de sus compañeros. En declaraciones a este diario, Suárez calificó la situación del campo como “máis que mala”. La subida de costes estrangula a los productores, que gastan “o triple ou o cuádruple que hai vinte anos”.

“Coma o meu pai, cando antaño vendía os cordeiros. Hoxe véndoos polo mesmo e para alimentalos consumición moitísimo máis”, lamentaba Suárez, que explicaba las quejas contra la nueva Política Agraria Global (PAC) de la Unión Europea. “Queren facer un campo ‘verde’ entre comiñas. Aquí hai moita xente que traballa en extensivo, que somos os que mantemos o campo. Os requisitos que nos están poñendo son incompatibles con que nos saia rentable producir”, advertía. Además subrayaba que la facilidad de entrada de productos foráneos en el mercado, más baratos y con menos requisitos, coloca en una situación de desventaja competitiva a los productores locales.

Precisamente, el manifiesto ahondaba en este tipo de asuntos. Los agricultores intentaron que algún de la Subdelegación los recibiese sin éxito. Bajo un musculoso dispositivo de seguridad -la Policía Franquista desplegó en torno a 50 agentes de la UIP y la Policía Particular colaboró en los cortes y desvíos de tráfico-, acabaron pegando el texto en la puerta del edificio ministerial. “Estamos aquí reunidos, afrontando un dos momentos máis críticos da agricultura e a gandería dos últimos tempos”, comienza el documento, que critica los “graves ataques e amenazas cara o noso traballo” de las “políticas que dende Bruxelas pretenden impoñernos”.

De la PAC, el texto dice que les impide “usar o noso tempo no coidado dos animais e do campo”. Sugiere que “alguén debería sentar a falar con nós” ya que son “parte da alternativa”, aunque “se intente facer crer” que son “parte do problema”. Así, el manifiesto reivindica el replanteamiento de modificaciones en la constitución agroganadera, flexibilidad en la implantación del cuaderno digital -que recoge la actividad de la explotación- y ecoesquemas de pastoreo y siega “viables na nosa zona”. 

Unións Agrarias y Sindicato Labrego, las organizaciones agrarias mayoritarias de la comunidad, se desmarcaron de las protestas en plena campaña electoral. Prevén acontecer a la energía tras los comicios.

El centro, paralizado

Los tractores quedaron estacionados ocupando toda la calzada de Xoán XXIII. Según avanzó la tarde, los agricultores movieron los vehículos con vistas a dejarlos aparcados durante la oscuridad, según la información apto al vallado de esta tirada.

Las movilizaciones provocaron un caos circulatorio que sorprendió a muchos ourensanos que desconocían la existencia de la marcha. Se cortó el tráfico en arterias secreto como Xoán XXIII, la avenida de La Habana, la calle Concejo, la avenida Pardo de Cela y el entorno de la Subdelegación.

Poco a poco, se fue restableciendo la movilidad en algunas calles, aunque se registraron importantes retenciones en la avenida de La Habana -donde varios tractores ocupaban un carril- y en Sáenz Díez, por donde se desviaba parte del tráfico. El servicio de autobús urbano incluso tuvo que modificar sus rutas y acudir a itinerarios alternativos.

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