Por el momento, fuentes cercanas a la investigación han asegurado que están abiertas todas las posibles hipótesis, pero que todo hace pensar que las tres muertes estarían conectadas. Esto llevaría a cuchichear de un enemigo en serie.
El primer homicidio
El primero de los casos ocurrió el 22 de noviembre, en la villa navarra de Tudela. Pedro Oyón, de 68 primaveras, fue contrario muerto en un campo de olivos. El cuerpo presentaba golpes y traumatismos y había recibido numerosas cuchillas. Esa misma mañana había desencajado a acopiar aceitunas y, al ver que no volvía, su esposa denunció su desaparición. Fue ella misma la que encontró el muerto en el olivar al salir a buscarlo.
Pedro, que estaba casado y tenía dos hijas de 23 y 24 primaveras, llevaba más de tres primaveras retirado y anteriormente trabajaba como celador del Servicio Navarro de Urgencias en el Centro de Vigor Tudela Este. Sin confiscación, trabajó durante la viejo parte de su vida en el Hospital Reina Sofía de Tudela.
Empiezan a surgir las sospechas
Las sospechas empezaron a aflorar cuando, un mes posteriormente, el 21 de diciembre, hallaron el muerto de un segundo agricultor a tan solo unos 20 kilómetros de la zona donde encontraron el primer agricultor asesinado. Incluso fue en Navarra, en en Ribaforada, y, de igual forma, presentaba evidentes signos de violencia. En su caso, estas habrían sido producto de un desnivel sufrido con su motoazada (de hecho, la necroscopía confirmó que sus heridas eran compatibles con la teoría del desnivel).
Él era José Luis Aguado, agricultor de 80 primaveras que recogía berzas y cardos cuando fue asesinado. Casado y con dos hijos, trabajó toda su vida en el campo y el día de su desaparición algunas personas de su entorno lo vieron salir al huerto. Al ver que no regresaba, sus familiares fueron a buscarlo y, en el lado de los hechos, encontraron su cuerpo sin vida.
Adjunto al muerto estaba el apero agrícola y el remolque que utilizaba, pero no su coche, un Opel Astra -tampoco estaba su cartera-. Que el coche no estuviera no solo no encajaba con la posibilidad de un desnivel, sino que sería determinante en la investigación.
El coche que vincula los crímenes
El transporte fue contrario cerca de un campo en Lleida, precisamente en los alrededores de donde se cometió el homicidio de otro agricultor. Un hallazgo que ha llevado a las autoridades a sospechar fehacientemente en la conexión entre los casos.
El agricultor era Ramón Russell, de 85 primaveras, la tercera víctima mortal. Fue asesinado con unas tijeras el 5 de enero en Vilanova de la Barca, en Lleida, mientras podaba árboles frutales. Se cree que el supuesto enemigo estaba escapando cuando cometió el crimen y que huyó en el coche de la víctima. Con él salió del país, llegó a Andorra y cruzó a Francia, según aparece en las grabaciones de las cámaras de seguridad a las que han tenido paso las autoridades. Tras esto, dejó sucio el transporte en un campo de acción de servicio.
¿Quién es el enemigo?
De momento falta se sabe de la persona responsable de estas muertes. Siquiera si ha sido una sola o varias. Pero lo evidente es la estrecha similitud en los tres asesinatos:
- El momento. Los tres sucesos tuvieron lado por la mañana.
- El lado. Las tres víctimas fueron asesinadas mientras trabajaban en el campo.
- La años. Los tres eran hombres de años destacamento que estaban solos en el momento de los crímenes.
- La cercanía. Los dos primeros crímenes ocurrieron a escasos kilómetros de distancia, mientras que el tercero podría vincularse al encontrar el coche robado.
- La violencia. Los tres cuerpos presentaban evidentes signos de violencia.
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