Zarzas convertidas en nidos de ratas en Loiro



Hace 23 años, en el año 2000, Manoli Blanco Domínguez y su fallecido marido cedieron a la Xunta una parte de sus tierras en el Loiro, en las inmediaciones de la carretera OU-540 (que une la ciudad con Celanova), para dar cumplimiento a lo establecido en el Plan General de Carreteras de Galicia. La ordenanza exige dejar un mínimo de 10 metros entre los terrenos adyacentes y los caminos comarcales, y su finca se extiende más allá de este perímetro. También en el PXOM de 1986 se contempla “una distancia mínima de 6 metros entre el cierre y carreteras nacionales, provinciales o vías pavimentadas”. Sin embargo, como ya no está en su propiedad, “nadie recogió las silveiras”como explica el propietario.

“Antes mi marido los limpiaba, aunque no fuera su trabajo, porque nadie se ocupaba de eso, pero desde que se fue”No han limpiado durante más de 13 años.”. La mujer luce desesperada tras intentar en innumerables ocasiones contactar con Obras Públicas y el Ayuntamiento. Ambas administraciones se ignoran mutuamente.

La zona fronteriza está detrás de su casa: “Estoy preocupada porque hay ratas, llevo dos años jubilada y no puedo cuidarlo, pero tampoco depende de mí”, se lamenta. . Se siente “impotente” porque, como ella misma dice, “Obras Públicas pasa la pelota al Ayuntamiento”, y viceversa. Después de 13 años de abandono, solicitó que le devolvieran la propiedad.

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