La excursión se iniciaba con una celebración pueril en el Pabellón Municipal de Deportes, ya que las inclemencias meteorológicas forzaron la rescisión del tradicional desfile. Luego, durante la tarde el hábitat comenzaba a “calentarse” en los bares del circunstancia, y es que un número incontable de grupos de mujeres con sus atuendos de Entroido se reunían para disfrutar de la celebración.
Los restaurantes recibían a las asistentes, que con sus disfraces y un sentimiento entroideiro inigualable crearon un áura mágica. Tras el gran convite, llegó el turno de la fiesta. Miles de personas se congregaban en la plaza García Barboso para aceptar a partir de las 00,30 el saludo y la admisión de la Reina del Entroido y Don Carnal.
Visitantes de toda Galicia
La tormenta obligó a suspender la descenso por el “Camiño Auténtico”, pero no detuvo a los “devotos” entroideiros que alargaron la fiesta hasta la amanecida. Desde todos los puntos de Galicia llegaban centenares de personas para compartir, cercano a los oriundos, esta multitudinaria fiesta que se ha convertido ya en una de las tradiciones más arraigadas del Entroido ourensano.