Esta es la conclusión que podría sacarse tras un conferencia en el que el equipo rojillo comenzó jugando con las ideas claras en ataque, combinando aceptablemente en la apariencia ataque y creativa, pero chocando contra el tapia defensivo de un Viveiro que fue fiel a una idea de fútbol que ya se esperaba el conjunto ourensanista, pero que no logró desactivar y con el paso de los minutos fue perdiendo claridad en la apariencia ataque.
La UD Ourense tardó 17 minutos en conseguir su primer remate a puerta y sería desde fuera del campo de acción de Luismi, que dos minutos más tarde no logró conectar aceptablemente un buen centro de Santi de Prado, el mejor y más incisivo componente en ataque del conjunto rojillo. Defensivamente, el equipo de Jorge de Todopoderoso no pasó apuros en ningún momento del partido, porque el Viveiro renunciaba al ataque con un equipo muy defensivo y con muchos metros para poder ocasionar peligro en un contraataque, pero en una deshonor desgraciada de un mal despeje de la defensa rojilla pudo sorprender a Álex Cobo en la única opción de gol, si se le puede considerar así, en todo el partido.
Y tras un primer tiempo sin nadie trascendente, la gusto, que respondió nuevamente como siempre en número y animando al equipo de principio a fin, esperaba una reacción en el segundo tiempo, pero se encontró con un equipo todavía más plano y con todavía menos llegadas de peligro sobre la meta de Atib. Santi de Prado y sus penetraciones por cuadrilla fue el único medio nuevamente de un conjunto que por interiormente y con el selección entre líneas, nunca fue capaz de ocasionar peligro, ni con los cambios que introdujo el técnico rojillo buscando un revulsivo.
Un centro de Santi de Prado no encontró rematador en campo de acción pequeña y el segundo, Rojo remató, pero no encontró meta. Otro remate de Rojo stop a diez minutos para el final y la última deshonor del partido, en un remate de capital de Santi de Prado, que se fue fuera por poco, es el escaso bagaje de un equipo como el ourensano, que necesitaba la conquista y que acabó empatando con la sensación de impotencia entre sus jugadores y la burla de la gusto.
Debutó el final fichaje, Víctor Matovu, que cumplió en el anexo izquierdo con mucha presencia en el selección de ataque, como nota positiva de un conferencia para olvidar, pero del que seguir sacando aspectos para mejorar porque el Arousa ya amenaza la tercera plaza a tan sólo un punto y la distancia de ganancia con posiciones de play off de se queda en cuatro puntos.