la mujer murió días después que su marido tras no recibir sus cuidados



El drama de la soledad de nuestros mayores escribe hoy un nuevo y doloroso episodio en Moaña, en Pontevedra. Dos octogenarios han aparecido muertos en su casa tiempo a posteriori de suceder fallecido.

Todo apunta a que primero fue el hombre el que perdió la vida, por causas naturales, en el cuarto de baño de la vivienda. Días a posteriori, y tras no aceptar cuidados, su mujer falleció en la cama. Estaba impedida y era su marido el que se encargaba de ayudarla.

A pesar de que tenían al menos una hija, que vive fuera, no fue ella la que dio la voz de señal. Lo hizo el propietario del firme en el que vivían como inquilinos que, tras intentar contactar con ellos en reiteradas ocasiones, alertó a la Policía.

Cuando los agentes llegaron no pudieron conseguir a la vivienda porque el alianza había dejado la zancadilla puesta por interiormente y, tras alertar a la hija de los sucedido, entraron en el firme rompiendo una ventana.

El difunto del hombre se encontraba en innovador estado de descomposición

El difunto del hombre, según la Policía, se encontraba en un innovador estado de descomposición, y el de la mujer se hallaba en la cama. Todo apunta a que falleció días a posteriori que él.

Los vecinos comentan que llevaban tiempo sin verles, y que siquiera tenían una relación fluida con nadie de la zona pese a que llevaban un par de primaveras viviendo allí. “Yo ya pensé que ni estaban aquí, por lo menos hace un mes que no me los encontraba. Eran mayores y siquiera se dejaban ver mucho”, dice la inquilina del firme superior al suyo.

La evidencia de que las crimen se produjeron hace tiempo la encontramos a través de una de las ventanas del inmueble, que da al mar. Tras ella se puede ver, todavía el árbol de Navidad colocado en la sala.

En la zona reina hoy la tristeza y se reabre el debate sobre la soledad de los mayores y el desenlace de muchos de ellos al encontrarse sin ningún tipo de compañía. “Los jóvenes cada vez tienen que atender más a sus trabajos y a sus vidas pero, ¿quién nos cuida a nosotros? Estamos solos”, nos dice uno de los vecinos.

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