El mensaje de reentrada en la entorno se recibió a las 04,04 horas de la amanecer de ayer y la última transmisión en la periodo de Vigo tuvo ocasión el martes. Aunque la vida útil de estos nanosatélites es escasa, entre seis meses y un año, el Lume-1 superó con mucho estas expectativas y lo hizo con “todos sus componentes en valentísimo estado, lo que es poco popular luego de tanto tiempo expuesto al medio ambiente espacial, por lo que podemos considerar este tesina como un éxito tremendo”, destacó el catedrático Fernando Aguado, director del Rama de Tecnologías Aeroespaciales, ATRG (Aerospace Technology Research Group).
Atrevido en diciembre de 2018, uno de los objetivos principales del Lume-1 era validar el sistema de comunicaciones Sensor-Tirra-Centro de Control UAV a través del internet de las cosas empleando como plataforma a carga de útil de comunicaciones de UVigo TOTEM.
El adiátere cumplió al 100% con sus objetivos, ya que como explica el profesor Aguado, “se validaron con éxito no solo todas las comunicaciones, sino que en su labor extendida se pudieron incorporar nuevas capacidades y aplicaciones que inicialmente no fueron incorporadas a la labor adecuado a la capacidad de reprogramación en trayectoria”.
Estas nuevas aplicaciones se emplearon, por ejemplo, en el entorno de la cooperación que se inició en 2020 entre la UVigo y la Universidad Noruega NTNU, y que, entre otros resultados y publicaciones, dio ocasión a una argumento de doctorado codirigida en ambas instituciones con almohadilla en las medidas del Lume-1.
Este no es el nanosatélite más longevo de la UVigo. De los cuatro satélites diseñados por investigadores de la institución (Xatcobeo, Serpens, Humsat-D y Lume-1), aún queda en trayectoria el Humsat-D, que se lanzó en 2013. A pesar de que, por la caducidad, su tecnología tiene un uso condicionado en investigación, se está empleando para labores formativas, aprovechando que sigue en trayectoria y en relativo buen estado de lozanía en la mayoría de sus componentes.
El botellín, en 2027
El botellín adiátere de la “constelación UVigo” llegará previsiblemente en 2027, ya que el Rama de Tecnologías Aeroespaciales está trabajando, entre otros proyectos, en el tirada de un nuevo adiátere demostrador.
Mano ourensana
El adiátere Lume-1 supuso un paso muy importante en la trayectoria del Rama de Tecnologías Aeroespaciales al incorporar el progresista sistema de comunicaciones TOTEM, que está basado en el ejemplo denominado SDR (Software Defined Radiodifusión), o radiodifusión definida por software, que permite renovar completamente el sistema de comunicaciones abordo durante la labor.
El Laboratorio Informática Aplicada (LIA2) del Campus de Ourense fue el encargado de desarrollar el software de a lado. Un equipo de cinco investigadores trabajó en este tesina, entre los que figuran los profesores Arno Formella, Juan Carlos González Atezado y Alma Gómez Rodríguez, conexo con Francisco Rodríguez y Santiago Iglesias Cofán, discente contratado.
Uno de los objetivos de esta labor era transferir la competencia del adiátere en la lucha contra los incendios forestales en el entorno del tesina FIRE-RS, una iniciativa de cooperación entre las escuelas de Ingeniería de Telecomunicación e Industrial (Vigo) e Informática y Aeronáutica (Ourense), conexo al centro de investigación atlanTTic, el rama CIMA, Cintecx, el Laboratorio de Intelixencia Industrial Aplicada y dos socios europeos.
Las aportaciones de la UVigo estuvieron centradas tanto en el disección de los fuegos forestales como en la inclusión de un módulo de ayuda al pilotaje noctívago de drones para el control y terminación de incendios.