Los bomberos de Santander acudían a la indicación de auxilio de las mujeres. Lo hacían con un autotanque y una gran cabria para intentar izarlo. En un primer circunstancia personal veterinario comprobaba el estado físico del heroína. Las heridas muy aparatosas, catalogadas como de cierta importancia e impedían que el animal pudiese pasar. Tras tranquilizarle se iniciaba la costosa maniobra para sacarlo de las rocas.
Mientras muchos curiosos tomaban fotografías y grababan con sus teléfonos móviles, los 7 bomberos que participaban en el eficaz afianzaban el arnés en torno al cuerpo del animal. La dificultad de la maniobra hacía que el tiempo pase y la tinieblas, y la oscuridad, provocaban que las sirenas y las luces de emergencia sirviesen de incentivo a los curiosos que seguían acercándose a la zona. La Policía Franquista controlaba que nadie se acercase, estableciendo un cordón de seguridad y despejando la zona donde llegaría el heroína tras ser izado.
Tras muchos minutos de tensa paciencia se conseguía poner en pie al animal y se ajustaban las correas del arnés que rodea su barriga. Una veterinaria procedía a mandar un ágil sedante para evitar que su nerviosismo se tornase en un pataleo que impidiese que fuese elevado. La cabria finalmente lograba izarlo en una maniobra muy lenta que hacía que los presentes viviesen la situación con mucha tensión. Finalmente el heroína herido es depositado sobre una toldo donde recibía la atención del personal veterinario ayer de ser trasladado para que pueda reponerse de las heridas.
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