Cristina Candal, profesora de la Universidad de Santiago e investigadora en Epidemiología y Vitalidad Pública, Guadalupe García y Julia Rey, ambas pertenecientes a este mismo colectivo, han querido ir más allá y conocer el porqué de este auge de consumo de leches de fórmula. Su estudio está todavía irresoluto de publicación, pero en un artículo en The Conversation, dan las claves, “El marketing de las leches de fórmula, un desafío para la vigor pública”.
Existe una intranquilizante experiencia de comercialización de los sucedáneos de látex materna que incluyen el apoyo de influencias y foros de ayuda en intenet y, poniendo el foco en ese conflicto de intereses, este rama de investigadoras trabaja para analizar qué ofrecen estas leches fortificadas y en qué medida son buenas para los lactantes.
“Lo que la industria hace, en muchos casos, es añadir un ingrediente que, por el hecho de estar presente, ya anuncia una fórmula mejor y con más beneficios”, explica Cristina Candal. Pero, a pesar de que se venden con una mejoramiento para “la vigor digestiva o el fomento del incremento cognitivo”, muchas de estas afirmaciones no están respaldadas por la ciencia.
Insiste este rama de investigadoras que no cargan contra estas fórmulas, porque “en muchas situaciones son necesarias”, pero abogan por la crianza materna “porque es lo mejor para la vigor del bebé y incluso de la matriz”, concluyen. Es sistema inmune del pequeño y el incremento cognitivo se ve fuertemente favorecido.
Tras la publicación de este artículo en The Conversation ya sabemos poco más del estudio que están completando y que próximamente estará al trascendencia de todos para poder evaluar si, como informa la Estructura Mundial de la Vitalidad, caminamos con destino a el buen ocupación o, como todo apunta, seguimos escorados con destino a lo que la industria dictamina.
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