En el cerradura de celdas, todo estaba en orden. Pero, de crepúsculo, el propio dañino avisó a los funcionarios y con mucha tranquilidad confesó que acababa de matar a su compañero de celda. Según las primeras pesquisas, empleó una pesa de fabricación casera propiedad del fallecido. La víctima, de 39 primaveras y de país búlgara era un preso reincidente que llevaba entrando y saliendo de la gayola desde 2012 por la comisión de varios delitos, entre ellos contra el patrimonio y la vigor pública.
Según las primeras investigaciones sobre lo sucedido, los hechos podrían favor sucedido ayer, en torno a la medianoche, pero el recluso no comunicó a los funcionarios que había matado a su compañero de celda hasta pasadas las dos de la mañana. Lo ha hecho de forma “fría” y limitándose a enunciar lo que había sucedido a través del intercomunicador, han asegurado a EFE fuentes sindicales.
El dañino confeso fue arrestado el 22 de enero tras entregarse en dependencias de la Guripa Civil y confesar que había matado a Amelia, Ángeles y Pepe, tres hermanos residentes en Morata de Tajuña. El magistrado del Judicatura número 5 de Arganda, que le investiga por el triple crimen, decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza el pasado 24 de enero.
Estaba ingresado en el módulo 12 con los internos más conflictivos. Ahora ha sido trasladado a una celda de aislamiento.
El pueblo no da crédito
En Morata de Tajuña están impactados. “No lo veo habitual… evidentemente es una persona que ha estado mal vinculada al municipio“, ha comentado el corregidor de la ciudad.
Luego de ese triple crimen, nadie esperaba que volviera a efectuar. “Tienen que transigir a ese hombre a un psiquiátrico“, ha considerado un vecino. “¿Por qué compartía celda en prisión posteriormente de tres muertes?”, ha lamentado otro.
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